En el marco del Foro Económico de San Petersburgo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha afirmado ante directores de medios internacionales que Moscú no se quedará de brazos cruzados y que reaccionará “de manera adecuada” al acercamiento de las bases de la OTAN a sus fronteras occidentales, y al aumento de sus contingentes.
Asimismo, el mandatario ruso se ha mostrado “muy preocupado” ante el despliegue de los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos, que, según él, “rompe el equilibrio estratégico en el mundo”.
“Sin embargo, el mundo guarda silencio, como si no pasara nada”, se ha lamentado el presidente ruso.
Según Putin, “nadie está haciendo caso” a Moscú sobre este problema, o bien “no se difunde” el mensaje ruso, con lo que, la comunidad mundial “vive sin ser consciente” de un proceso “muy alarmante”.
El presidente ruso ha recordado que Estados Unidos siempre justificó el escudo antimisiles con la supuesta amenaza nuclear iraní. Sin embargo, tras el acuerdo nuclear con Irán ya no existe ninguna amenaza, pero la construcción del sistema de defensa antimisiles “continúa rápidamente”, ha destacado Putin.
En la misma línea, el mandatario sugirió que si Corea del Norte renuncia a su programa nuclear, “la construcción del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos continuará bajo otro pretexto, o sin ningún pretexto en absoluto, como pasa en Europa”.
Mientras tanto, según Putin, la expansión de los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos agrava la situación en el mundo porque “impulsa una nueva carrera de armamentos”.
Putin también ha explicado que Moscú está incrementando sus fuerzas militares en las islas Kuriles en respuesta al aumento de las capacidades militares estadunidenses en la península de Corea y al despliegue de sistemas de defensa antimisiles en Alaska y Corea del Sur.
En este sentido, el presidente ha destacado que todo ello “no es una iniciativa de Rusia”, y que Moscú solo piensa en la forma de garantizar su seguridad y detener la potencial amenaza.