¡Feliz año nuevo! Ya está aquí el 2021 y con él se abre un abanico de posibilidades, oportunidades y nuevas experiencias. El pasado, pasado está y si estás leyendo estas líneas, considérate afortunado de seguir en este camino que llamamos vida.
Propósitos, buenas intenciones, metas y objetivos están presentes al inicio de cada año, pero, ¿Qué estrategia podemos usar para no regresar a los círculos viciosos? Elige una ruta y no una rutina. La diferencia entre ambas palabras es sutil, sin embargo te ayudará a entender porqué no has logrado bajar esos kilitos de más, cambiar de trabajo o irte de mochilazo por el mundo.
Mientras que la rutina se centra en adoptar un hábito sin que requiera tener que reflexionar o decidir, es decir, se convierte en un producto de la costumbre; la ruta es un camino predeterminado, conscientemente diseñado para llegar a un destino, es decir, que no sólo la meta cuenta sino la experiencia de haberlo andado.
Así pues, la rutina es útil cuando se usa para aquellas tareas que no requieran re inventarse cada vez. Contrario a la ruta, que nos permite ir descubriendo y experimentando mientras disfrutamos del entorno.
¿Cómo puede esto ayudarme a cumplir con una meta? Haré un ejemplo sencillo como hacer ejercicio: La rutina será útil para levantarse temprano y empezar el día haciendo ejercicio. Tener la ropa deportiva lista desde la noche anterior y preparar un “lunch” nutritivo antes de salir de casa será la costumbre que nos ayudará a desarrollar disciplina.
La ruta será la experiencia que elijamos tener al hacer ejercicio ya sea dentro de un gimnasio o al aire libre no lo conviertas en una rutina. Busca siempre nuevas cosas como integrarte a un grupo que practique lo mismo que tú o cambia de aires de vez en cuando. Convierte tu actividad en placer antes que obligación. No permitas que el día a día se vuelva por completo una rutina que llegue a marcar cada hora de tu día, más bien úsala a tu favor para desarrollar buenos hábitos. Lo demás está por escribirse.