Con tan solo 12 años Romualdo Rodríguez Cruz, comenzó como aprendiz de albañilería en su natal Ojocaliente, Zacatecas junto a su padre, la escasez económica por las oportunidades de empleo, lo orillaron a dejar sus estudios cuando apenas cursaba el segundo año de secundaria. Que, por consecuencia o beneficio, logró afinar el oficio de la pala y el cemento.
“Y lo aprendí muy bien sé cómo hacer una casa de todo a todo, y en el campo pues se tiene que trabajar porque si se acaba la obra no te tienes que quedar esperando a que te caiga la otra, entonces necesitas hacer otra cosa más” comentó con su nieto en brazos, hijo de su único primogénito.
Romualdo, se casó cuando cumplió 22 años y a los 35 ya trabajaba como jornalero en Cánada, por recomendación de su cuñado el cual, le mencionó del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, hasta la fecha ya son 12 años que Romualdo participa en este programa de manera paulatina, separándose de su familia desde tres meses, hasta ocho, lo que asegura “es difícil”.
Del otro lado de la frontera
De acuerdo al Servicio Nacional de Empleo, el Programa de Trabajadores Temporal comenzó desde hace 46 años, donde a nivel nacional viajan alrededor de 29 mil trabajadores.
Este año, en este programa participaran 700 trabajadores zacatecanos, entre ellas Romualdo, que ha tenido experiencia en la pizca con diferentes cosechas como la berenjena, fresa, pepino y lechuga.
Durante sus 12 años como jornalero asegura que ha sido difícil pues las empresas que los contratan los hacen trabajar bajo temperaturas no muy favorables, donde los forzan a trabajar más y en menos tiempo, ya que asegura que sus jornadas son de 8, 10 o hasta 12 horas dependiendo de qué tanto trabajo haya en el día.
Su estancia en Cánada se ha complicado por el trato de los ‘patrones’, pues si hay problemas de salud con algunos de sus compañeros, no son atendidos, “la mayoría de los patrones que me han tocado ellos nomas nos dicen que no tienen tiempo para llevar a las personas al hospital, así que es mejor que le pidas a mi padre dios de que no te enfermes sino vas a durar días ahí”.
De acuerdo a este programa, las empresas canadienses que los contratan pagan desde 10.45 a 14 dólares canadienses por hora, a lo que Romualdo afirma que si trabajaran “lo normal” sería una paga justa “Si nos pusiéramos a trabajar lo normal, creo que sí es justa la paga, pero nos hacen forzar mucho el cuerpo, yo pienso que cada año es lo mismo, nos forzar a trabajar de más (…) porque, aunque ande uno cansado uno no puede decir ‘ya me canse’, tienes que seguir trabajando”.
Pese a estas problemáticas, asegura que con lo que ha percibido ha podido ver un cambio en su familia económicamente, pues de no tener nada, ha podido construir un patrimonio para sus seres queridos.
A sus 47 años de edad, realizará su último viaje como jornalero “ahora si como dice aquel, ya me hice viejo, ya no puedo trabajar como antes”, sin embargo, este trabajo continuará en la familia pues su hijo, continuará con la tradición obligada, para buscar un mejor futuro para sus seres.