Por Elsa Leticia García Argüelles[1]
Narrativas de vida y cambios sociales
Esta reflexión se ubica en un lugar interdisciplinario y fronterizo al trabajar narrativas de carácter social, cultural y literario. Este es un estudio en transcurso que forma parte de otros ensayos relacionados con documentos de carácter autobiográfico entre lo estético y lo ético, esto a partir del lenguaje mismo y sus posibilidades creativas y de expresión; pretendo aquí abrir un diálogo que permita recuperar ideas e intenciones hacia la creación de políticas públicas, las que provean un cambio de vida en los sujetos sociales y su entorno cultural.
En este breve ensayo no reviso estudios de caso o de campo, más bien el material de análisis son autobiografías de mujeres, para quienes escribir sus vidas ha respondido a un de la editorial DEMAC AC (Documentación y Estudios de Mujeres). DEMAC cuenta con varios concursos de fotografías, biografías y autobiografías de mexicanas, “mujeres que se atreven a contar su historia para llamar la atención sobre su realidad social” y “promover que las mujeres se apropien de la escritura”, y paulatinamente, modificar también estructuras sociales. Fundamentalmente, me baso en el libro Libertad tras las rejas. Literatura carcelaria femenina (2005) que expone historias desde la cárcel, pensando, deseando fugarse literal y metafóricamente de una prisión hacia un deseo de libertad. Si bien, la iniciativa de DEMAC es en principio un esfuerzo particular, esto podría construirse como una estrategia y herramienta para enfocar el discurso de vida y los problemas de violencia hacia las mujeres.
La experiencia de género y las políticas públicas no han sido las mismas para hombres y mujeres en el sistema carcelario, ni en la realidad cotidiana; no obstante, cuando se trata de mujeres y lo que han vivido en las cárceles no pretendo manejar la “indefensión” o la “victimización” que viven sino apreciarlas como sujetos que se pueden construir a sí mismas a través de la escritura; no como una práctica “necesariamente” intelectual o literaria, pues la intención no es esa en primera instancia –como pudiera ser la de escritores reconocidos o quienes abren una discusión teórica–, sino advertir el acto de escribir como una práctica social de la cual puedan apropiarse que les permita relatarse a sí mismas y a los demás su situación de vida.
En este sentido, la detención de mujeres en las cárceles en México tiene diferentes motivos y desenlaces, imposible imaginar todas las historias. A partir de tales narrativas intento pensar cómo la situación de género incide en sus experiencias, primero relacionada a una forma de violencia que se posterga más allá de la familia, y posteriormente, intento recuperar la posibilidad de escribir para sanar y buscar nuevas formas de construirse como personas, como seres humanos.
Este tipo de autobiografías ―contar su vida, publicarla― implican un aprendizaje para el lector, un compartir la “intimidad” con extraños. Este acto de escritura es un reto, tanto al narrarlo como al transmitirlo a los lectores: es un acto de solidaridad con otras mujeres. Escribir la experiencia de ser mujer dentro de un contexto cultural determinado es desenvolver lo privado y lo público. Según quien escribe el prólogo del libro Libertad tras las rejas dice:
El material recibido de esta tercera convocatoria fue tan revelador como el recibido en otras ocasiones, del oscuro y violento inframundo en que han transcurrido la vida de muchas de las mujeres que, por diferentes circunstancias, se encuentran internadas en los reclusorios femeninos mexicanos. Al igual que en las publicaciones anteriores de esta colección, los textos incluidos en ésta merecen ser leídos con atención por las autoridades encargadas de la readaptación y la prevención social de nuestro país y por todo el público interesado en adentrarse en una de las manifestaciones más evidentes y dolorosas de la descomposición social. (Espinosa, 2005, 9)
Mujeres que se atreven a contar su vida: narrativas carcelarias
La proyección de la editorial DEMAC, que nació con fines altruistas hace más de veinte años, se debe tanto a sus publicaciones como a los concursos que realiza cada año, con los que crea un concepto y una ideología en torno de lo autobiográfico. La propuesta de la editorial es apoyar la creación autobiográfica de mujeres de diferentes clases sociales y niveles educativos; su postura de género y su concepción del trabajo autobiográfico se sostiene en la difusión de los talleres y los ejercicios de escritura, así como en la difusión de las obras premiadas, pues escribir, como sucede en el discurso femenino es una forma de empoderamiento y un soporte de la multiplicidad de aprendizajes y discursos culturales, sociales y políticos.
Mi interés pretende dar a conocer esta editorial y revisar brevemente algunos relatos que ha publicado, sus tópicos relacionados a la infancia, la generación y la familia, enfatizando también su aspecto formal, lo que me parece contundente en la organización de la reescritura de la memoria del yo. Los temas de la narración de sus vidas proponen una serie de signos que tiene que ver con la herencia cultural y los retos, todo este constructo en el que cada mujer define su yo femenino, como veremos más adelante; así también, el de las mujeres en el espacio de encierro que constituye la cárcel a través de algunos relatos de Libertad tras las rejas, libro que reúne un conjunto de 54 narraciones. La editorial no deja fuera ninguno de los trabajos, a pesar de que se contempla un primer lugar y le da reconocimiento de Mención honorífica a los primeros once relatos; se considera importante ser inclusivos y que el “atrevimiento” de escribir pueda ser visto y compartido, incluso, consigo mismas cuando sus trabajos se encuentran publicados y se puedan leer entre ellas mismas.
La fundación DEMAC inicia en 1983 con Amparo Espinosa Rugarcía, quien trabaja en la promoción de las mujeres mexicanas desde un programa en Bancomer para que estas manejaran sus propios recursos. Espinosa inició con una idea ambigua por el área que conocía mejor, el de créditos para mujeres. Según ella, hace veinte años empezó con un anunció en el periódico del concursó “Mujeres que se atreven a contar su historia” y llegaron como 500 trabajos. También después se creó el concurso de literatura carcelaria, mujeres en reclusión. La última etapa es la creación de los talleres, hace como cuatro años, “Para mujeres que quieren perderle miedo a la escritura”. El recurso de la escritura y pensar que “todas podemos escribir” tiene muchas virtudes terapéuticas. DEMAC extendió su labor a Barcelona para promover aún más el uso de la palabra escrita entre mujeres de otras nacionalidades, despertar el interés por la práctica de la escritura femenina sobre temas del presente y propiciar así el intercambio de conocimientos y opiniones entre los dos países; y entonces, escuchar, dialogar, crecer y sanar.
El proceso de descubrimiento interior va de la mano de la apropiación de herramientas para escribir su historia de vida; esto a través de una serie de sencillos ejercicios entre los recuerdos y los olvidos, entre el miedo y la gran necesidad de escuchar su voz. Hay varios talleres, como “Las talladoras de palabras”, pero uno de los que más se ha difundido por todo México es “Para perderle miedo a la escritura”, el cual fue mi primer contacto con la editorial, cuando invité a alguien de esta editorial a Zacatecas y vino a darnos un taller breve a un grupo que logré conjuntar. Este taller reúne un grupo de diez o quince mujeres y va acompañado de un material fotocopiado con temas y ejercicios sobre la escritura autobiográfica, así como otros objetos: un corazón y una breve invitación que expone varios de los motivos por los cuales escribir desde el deseo femenino de expresión. “Y me pregunto”: mi virtud favorita, mis cualidades favoritas en el hombre, mis cualidades favoritas en la mujer, ¿dónde prefiero soñar?, ¿mi relación con la escritura? Entre las posibles respuestas surgen breves anécdotas que van construyendo fragmentariamente la narración de vida.
Hay una lista de nombres y sus significados para verse a sí misma reflejada; la elaboración de un diario personal donde cotidianamente se da el testimonio de cartas, mensajes, fotografías, archivos familiares que acompañan el relato de vida; por ejemplo, temas relacionados con la enfermedad o los viajes que permiten dar las fechas y las bitácoras del día a día, hacia la agonía o la transformación. Otro ejercicio titulado “Escribir por placer” consiste en una lista de 36 situaciones específicas, por ejemplo, “Imagínate con una persona del sexo opuesto” o “Describe un día en tu vida”. Los ejercicios son una fuente de temas e ideas que permiten soltar la escritura. Cada tema y cada situación van anexando una idea específica de narrar la propia historia. Otro ejercicio es la guía y otras fuentes de consulta para escribir la autobiografía; todo encaminado a la apropiación del acto de escribir:
Has hecho una travesía en la creación de textos que conforman tu autobiografía. Pasaste de los ejercicios y estrategias al conocimiento abierto de una buena parte de tu historia. Reflexionaste sobre la escritura. Lo único valedero es que más allá de la redacción y la ortografía, tú has podido reconocer y descubrir ciertas estrategias que te ayudaran en la construcción de tu propio rostro. Ahora tienes en tus manos una serie de hojas y apuntes que son los fragmentos de tu vida escrita, tienes un manuscrito. Sólo te dejaremos una serie de preguntas. ¿Cómo te sientes ahora que has emprendido la escritura autobiográfica? ¿Has perdido el miedo, el temor de escribir? ¿Estás dispuesta a continuar ejerciendo la escritura como un derecho y un reclamo de la mujer? (Folletos de DEMAC, 2014)
Bibliografía