Por Juan Gómez
Zacatecas se encuentra prácticamente en estado de abandono desde hace varios años, pero el momento que vive en la actualidad, evidencian un agudizamiento que lo coloca en los linderos de una crisis sin precedente, a causa de la fragilidad política que se vive bajo la actual administración estatal.
El abandono tiene distintas aplicaciones que van desde el ámbito social, de políticas públicas, familiar y legal, entre otros.
Algunas de estas variantes aplican actualmente en el estado de cosas que se viven en Zacatecas, en donde confluyen una crisis financiera, laboral, administrativa, política y de seguridad.
A todo ello se agrega una crisis de imagen institucional que encabeza el gobernador David Monreal Ávila, quien ha sumado un enorme desgaste no solamente en el ámbito estatal, en donde obtiene una muy baja aceptación ciudadana que lo coloca en el último lugar de popularidad de los 32 gobernantes, sino en el ámbito nacional.
El abandono de una camioneta color gris con vidrios polarizados con 10 cuerpos sin vida en su interior, fue el detonante de las críticas en los medios de comunicación de la Ciudad de México, en donde en los principales espacios informativos fue duramente cuestionada la respuesta que dio al hecho el gobernador zacatecano.
“Hay que encomendarnos a Dios… Lo digo y lo sostengo, hay que confiar en la bendición de Dios”, dijo el mandatario en un video transmitido en vivo en la Plaza de Armas, luego de que abandonaron ahí, a un lado de un pino navideño, en pleno corazón político, cultural y religioso de Zacatecas, una camioneta con 10 cadáveres.
¿Acaso no es el gobernante quien debe resolver la problemática que enfrentan sus gobernados que lo eligieron?
¿Entonces para qué llegan al poder? ¿Para qué pelean por el poder? ¿Para justificarse que tienen una “herencia maldita”? fueron algunos de lo duros cuestionamientos.
Y es que el mandatario estatal había intentado desviar su responsabilidad argumentando una “herencia maldita de 30 o 40 años.
No es la primera vez que el mandatario alude a la “herencia maldita” en materia de inseguridad, por lo menos lo ha dicho en otras dos ocasiones, pero cuando habla de un período de 30 o 40 años, le carga parte de esa “herencia” a su hermano el senador Ricardo Monreal que gobernó al estado de 1998 a 2004.
Ahora la situación se complica más por la confrontación política por la sucesión gubernamental, en la que participa activamente el senador Ricardo Monreal, quien se dice “minimizado” en el proceso interno de Morena, el partido del que es cofundador e integrante de la primera asociación civil de octubre de 2011.
En entrevista con Neldy San Martín de la revista Proceso, el zacatecano se refiere a su situación política en la sucesión presidencial, en la que no ha sido tomado en cuenta -¿abandonado?- por el presidente López Obrador:
“Es obvio que estoy descartado desde el punto de vista de él. Si no descartado, al menos minimizado”, dijo en la referida entrevista.
Muchos analistas, columnistas, conductores de espacios informativos y medios de comunicación ya ven al presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República con un pie fuera de Morena y postulado por otro partido político.
En 1998 Monreal Ávila pidió consulta a la base a su partido, el PRI, para la selección del candidato al gobierno de Zacatecas, pero la cúpula eligió vía Consejo Político.
“No quiero ponerle los últimos clavos al ataúd del PRI” advertía el entonces precandidato con 20 años de militancia priista.
A casi 24 años de aquella sucesión, el político zacatecano vive un escenario similar después de haber transitado por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
El presidente López Obrador afirma que será mediante una encuesta como se decidirá al candidato de Morena, pero Monreal demanda elecciones primarias. Argumenta que la encuesta es un proceso ya desgastado y no garantiza la unidad del partido gobernante.
Sin embargo calló cuando la encuesta favoreció a su hermano en Zacatecas.
Cuando fue gobernador de Zacatecas Ricardo Monreal impuso al PRD las encuestas para seleccionar candidatos. De ese método surgió la candidatura de Miguel Alonso a la presidencia municipal de la capital. Era su secretario particular.
El problema será ahora también para su hermano David quien tendrá que definir si apoya la candidatura de su hermano o la del presidente López Obrador.
Mientras este episodio se concreta el actual gobernador de Zacatecas navega en aguas pantanosas por un lado y bravas por el otro.
“La nueva gobernanza” no es un discurso atractivo para los gobernados por la falta de resultados y la profundización de la crisis local.
El mandatario estatal ya prepara los primeros cambios en su gabinete, al que ha decidido mantener en sepulcral silencio, callado y sometido y en algunos casos, inactivo.
El abandono es un verbo que puede aludir a dejar algo o a alguien, alejarse o descuidarse de lo más elemental.
Dejar la solución en manos de Dios es también abandonar o alejarse de una responsabilidad.
Al tiempo.
@juangomezac