El papa Francisco besó una bandera ucraniana que, trajeron desde la martirizada ciudad de Bucha, también denunció la masacre perpetrada allí y reiteró su llamado a poner fin a la guerra.
Francisco sostuvo la bandera mientras recibía a media decena de niños ucranianos en la sala de audiencias del Vaticano. Le regaló a cada uno un gran huevo de Pascua de chocolate y exhortó al mundo a rezar por ellos y por todos los ucranianos.
Dentro de sus declaraciones dijo que, las noticias recientes sobre la guerra ucraniana, está lejos de traer alivio y esperanza, por el contrario, trajeron testimonios de nuevas atrocidades, como la masacre en Bucha, la cual es una crueldad perpetrada en contra civiles, mujeres y niños indefensos.
“Son víctimas cuya sangre inocente clama al cielo e implora que se detenga esta guerra y que callen las armas. Basta de diseminar la guerra y la destrucción”, agregó
Alzó una bandera ucraniana sucia, que según él, arribó al Vaticano desde Bucha, abandonada por los rusos, quienes perpetraron una matanza intencional de civiles, según las pruebas que han surgido.
El Papa la besó y dijo: “Esta bandera viene de la guerra, de la martirizada ciudad de Bucha… No los olvidemos. No olvidemos al pueblo de Ucrania”.
Luego de este acto señaló a los niños, dijo que “estos niños tuvieron que huir para llegar a un lugar seguro. Esto es fruto de la guerra”.