Por Juan Gómez
Fue una noche amarga e inolvidable. El gobernador David Monreal Ávila llegó en esa ocasión acompañado por su esposa, la señora Sara Hernández y por el presidente de la capital zacatecana, Jorge Miranda Castro, para inaugurar la temporada de Basquetbol en el gimnasio Marcelino González, que estaba a reventar de aficionados.
Cuando el maestro de ceremonias presentó a los invitados especiales al primer juego de la temporada, y nombra en primer lugar al mandatario estatal, el coro de rechifla fue ensordecedor.
Los asistentes al gimnasio lanzaron abucheos y chiflidos a un gobernador que se ha distinguido por su impopularidad, en los primeros días y meses de su mandato.
Las mediciones de empresas encuestadoras así lo demuestran. Cada uno de los sondeos que se han publicado en distintos medios de comunicación a nivel nacional, consignan el último lugar de aceptación del gobernador Monreal Ávila, de entre los 32 mandatarios estatales del país. Y de ahí no se mueve.
La rechifla y los abucheos lo signaron aquella noche.
Pero no fue el único.
Cuando el presentador nombró al presidente municipal de Zacatecas, Jorge Miranda Castro, el coro de abucheos y rechiflas estallaron en contra del alcalde, quien no ha logrado conectar con la ciudadanía y mucho menos identificarse.
Ambos mandatarios, recibieron el rechazo, la desaprobación de sus respectivos gobiernos, distinguidos por la falta de resultados, pero sobre todo, por el coraje de una porción importante de la población, asediada por la ausencia de políticas públicas que le beneficien y agredida, lastimada, por la violencia cotidiana.
David Monreal está exactamente a un mes de que rinda su primer informe gubernamental y el saldo es totalmente adverso. En estos meses ha evidenciado que no estaba preparado para asumir la responsabilidad de gobernar a los zacatecanos.
Fueron tres campañas en las que contendió por el gobierno estatal, pero no se preparó para ejercer el poder y menos para conducir los destinos de un estado sumido en el abandono del centro político, en donde miles de zacatecanos cada año tienen que emigrar a Estados Unidos y a otros estados del país, en busca de mejores condiciones laborales y de bienestar para sus familias.
Lejos de asumir el reto de generar más empleos, el gobernador despidió a cientos de burócratas sin respetar sus derechos laborales, dejó sin su pago a miles de maestros y maestras que le apoyaron en su campaña, y ha sido incapaz de contener la escalada sangrienta de violencia que lastima a la sociedad zacatecana.
¿Cómo no abuchearlo y chiflarle en un evento público?
Por otro lado, su acompañante, el alcalde de la capital Jorge Miranda, tampoco goza de cabal salud pública.
Cabe recordar que el Edil desarrolló su carrera burocrática en la Secretaría de Finanzas, en donde logró la titularidad muy joven durante la administración de la gobernadora perredista Amalia García Medina.
Fue postulado por el PRD a una diputación, pero perdió en medio de la debacle perredista en el año 2010.
El gobernador priista Alejandro Tello Cristerna lo rescató y lo designó secretario de Finanzas, puesto que aprovechó para posicionarse como el expertis indispensable para el manejo de los recursos públicos.
Miranda Castro se convirtió en un hombre de negocios.
El diputado federal Carlos Puente lo impuso como candidato del Partido Verde Ecologista de México, en una alianza con Morena en la capital zacatecana.
Nunca conectó con el electorado. Su triunfo se explica más por el tsunami electoral morenista que por una campaña exitosa.
Gobierna sin identidad y sin pasión, sin sensibilidad y con autoritarismo, por eso no conecta.
Miranda Castro carece de identidad política e ideológica, no tiene convicciones sociales ni partidistas. Su pasión son los negocios.
Las denuncias jurídicas lo acechan, lo cercan, pero tiene la protección institucional. Las carpetas no se abren, se archivan en las Fiscalías.
La ciudad está llena de baches y el centro histórico abandonado. Los policías municipales cada vez más, son víctimas también de la violencia en la capital, que se ubica ya como la ciudad del país con mayor percepción de inseguridad junto con Fresnillo.
¿Cómo no chiflarle y abuchearlo?
¿De qué informarán a los zacatecanos en el próximo mes de septiembre?
Al tiempo.
@Juangomezac