Durante el período escolar, el estudiante
ha estado mentalmente inclinado sobre su escritorio;
en la universidad debe ponerse de pie y mirar a su alrededor.
Alfred North Whitehead (1861 – 1947)
Nuestra universidad zacatecana inicia un nuevo período, destinado a ser decisivo para el curso de su futuro. El rector electo ya en funciones, el Dr. en Historia Ángel Román Gutiérrez enfrenta desafíos cuya superación trasciende la oficina de la rectoría, siendo por naturaleza propios de toda una comunidad universitaria, de la sociedad a la que ésta sirve y del país en el que se inserta.
La necesidad del llamado a la unidad es ingente e involucra, como principio básico, no pedir lo que no se ofrece. Se espera entonces una convocatoria a través de acciones y políticas institucionales que, con apego a los más elevados principios universitarios, a la legalidad destinada a regular la vida académica y a un alto sentido de justicia, logren el respaldo de las instancias de decisión y de la comunidad toda. La fortaleza de nuestra Alma Mater radica en la convergencia de los sectores que la componen y en torno a objetivos institucionales comunes. La unidad institucional, y solo ella, nos proporciona la suprema fortaleza.
Los rectores previos de las recientes administraciones han buscado la coincidencia sin duda, solo que en torno a una personalidad política y a un grupo de poder: un grave y costoso yerro. La evolución de la humanidad ha demostrado con creces que este tipo de confluencia idólatra y arribista no solo es inútil para resolver problemas, sino que, por el contrario, es una infalible receta para crearlos.
El nuevo huésped de la rectoría promete una nueva etapa para nuestra benemérita universidad e inicia con un acto significativo, disculparse a nombre de la institución por el deshonor en el que envolvió a la comunidad el rector depuesto. Importante, pero insuficiente: es necesario desprenderse de todo nexo que empañe la administración desde su inicio, pues el único responsable de la política institucional, quien dará la cara a los medios, a la sociedad, a sus instituciones y a la Historia es el actual rector. El deslinde diáfano de cualquier conflicto de interés marcará una verdadera nueva era.
Los retos a los que se enfrenta nuestra noble Alma Mater son de tal magnitud que no resulta sensato pensar en asumirlos como personales o de grupo. Para enfrentarlos, la participación activa de cada uno de los universitarios es fundamental, cimentando el futuro institucional sobre bases robustas y sólidas, indestructibles.
Modestamente ofrezco desde esta colaboración, propuestas largamente reflexionadas acerca del rumbo que, a mi juicio, deben asumirse como políticas institucionales.
La solución del déficit financiero requerirá una gran capacidad de gestión, además de talento político empeñado en buscar y ofrecer solidaridad a todas las instituciones públicas con problemas semejantes. Es necesaria la autocrítica: la corrupción y los excesos jugaron su papel.
Para que la solución sea permanente y garantice la viabilidad institucional deberá buscarse que la federación incremente el subsidio, por lo menos en la medida en la que la institución ha incrementado su cobertura y su asistencialidad, posibilitando la formación profesional de jóvenes con recursos limitados.
Paralelamente, ejercer la presión necesaria y suficiente para que el gobierno estatal cumpla con su compromiso de equiparar su aportación, por lo menos al mismo nivel que la federal.
En lo interno, optimizar las funciones administrativas adelgazando al máximo posible el aparato burocrático y eliminando los insultantes privilegios de los funcionarios.
Maximizar el rendimiento de toda forma de recursos, incluyendo particularmente los recursos humanos, siempre con respeto a las condiciones laborales contratadas. Erradicar y prohibir la contratación por honorarios, y limitar la contratación por horas, en la búsqueda de la profesionalización del trabajo académico. Eliminar el clientelismo laboral como herramienta de control político.
Retomar la legalidad en la vida institucional, reinstalando como mecanismo único de ingreso del personal académico el examen por oposición, en respeto irrestricto a los mecanismos convenidos con el SPAUAZ. Los sindicatos no son adversarios de la administración, sino factores de equilibrio para la saludable vida institucional.
Promover la celebración de un Congreso Universitario de Reforma que coloque a nuestra institución en la dinámica del siglo XXI en lo referente a la ciencia, la técnica, el arte, la cultura, el deporte, la economía y la geopolítica.
Reivindicar el rigor académico tanto en la evaluación escolar como en la docente.
Eliminar y condenar todas las formas de violencia, segregación y discriminación, ejerciendo todos los mecanismos legales internos y externos, como es el caso del Tribunal Universitario y la Defensoría.
Ejercer y defender la autonomía institucional, como la mejor forma de autogobierno, de la definición de prioridades, y de la toma de decisiones administrativas, académicas y laborales. En consecuencia, no supeditarse en modo alguno ni al poder político ni al poder económico, siempre buscando reciprocidad en el respeto y la colaboración con todos los sectores de la población, del gobierno y de la iniciativa privada.
Retomar la orientación popular y social de la actividad institucional a través de las escuelas de verano e invierno, a través de programas asistenciales y de servicio, asesorías, divulgación científica y difusión de la cultura, buscando siempre la máxima penetración social.
Retomar los programas de elaboración de textos universitarios, reasumiendo el liderazgo académico de la institución respecto de los diversos sistemas educativos. Armonizar con el programa federal de Bachillerato Nacional es una tarea que presenta una oportunidad inmejorable para la universidad pública.
Garantizar la independencia de las organizaciones gremiales y estudiantiles, escuchando todas la voces y registrando todas las propuestas.
De forma complementaria, desmantelar los grupos de provocadores digitales y mediáticos, así como los aquellos que han ejercido de forma sistemática el terrorismo procesal obstruyendo la vigorosa marcha de los mecanismos institucionales y sectoriales. La existencia de éstos es un grave obstáculo para la construcción de consensos.
Impulsar decididamente la práctica deportiva, así como los hábitos saludables en todos los sectores de la comunidad universitaria, incluyendo los relativos a la alimentación y la prevención de cualquier forma de adicción.
El epígrafe de la presente colaboración, de la autoría del matemático y filósofo británico Alfred North Whitehead retrata fielmente el ideal del estudiante universitario, crítico, informado y reflexivo. Asume al estudiante de nivel universitario como una persona plenamente consciente de su responsabilidad histórica. Ese es mi ideal de estudiante universitario, ¿es también el suyo?