Unas 380 personas fueron detenidas la noche del domingo en Moscú, tras disturbios anti-inmigrantes en los que participaron miles de personas, que protestaban por el asesinato de un ruso por un hombre de origen “no eslavo”.
Los manifestanes, jóvenes en su mayoría, entre los que había nacionalistas radicales, rompieron las puertas del centro comercial Biriouza, en el barrio de Biriouliovo (al sur de la capital), golpearon al personal de seguridad y rompieron las ventanas y escaparates, antes de intentar incendiar el edificio, según radio Eco de Moscú.
La multitud rompió luego la puerta de un depósito de verduras cercano, donde trabajan muchos inmigrantes, a los que los vecinos acusan de ser responsable del elevado índice de criminalidad en la zona.
Cinco policías resultaron heridos en los enfrentamientos con los agitadores y 380 personas fueron detenidas, indicó un portavoz de la policía citado por Ria Novosti .
“Rusia para los rusos”, gritaban los alborotadores, que quemaron y volcaron algunos automóviles.
Los manifestantes rompieron los vidrios y los faros de un camión estacionado en el parqueo del depósito, antes de dispersarse.
Diez autobuses de las fuerzas especiales de la policía fueron enviados al lugar, según Radio Eco de Moscú.
Una investigación por “vandalismo” fue abierta tras los disturbios, anunció la policía en Moscú.
Las medidas de seguridad fueron reforzadas la noche del domingo en la capital rusa, en particular en el centro de la ciudad.