Por Juan Gómez
Lo que está sucediendo en México tiene ciertas similitudes con otros episodios dramáticos de nuestra historia política, que han servido de punto de partida para los cambios democráticos que hemos vivido en las últimas décadas.
Este sábado 15 de noviembre en la Ciudad de México y en otras capitales del interior, se llevó a cabo una marcha-manifestación convocada en redes sociales por el Gen Z, esto es, por una generación distintiva de nuestro país que agrupa a jóvenes que nacieron entre 1997 y 2012, y a los que les ha tocado vivir algunos cambios sociales, políticos y económicos, que nos han sacudido como sociedad, tanto en el ámbito internacional como en el nacional.
La marcha, motivada por la inseguridad y la violencia en el país que marcó un hito en Uruapan, Michoacán, con el asesinato del presidente municipal, Carlos Manzo, fue convocada en redes sociales por esta generación también llamada “Centenials” que representa el 32 por ciento de la población mundial, y que por lo tanto, es la más numerosa.
Comento líneas arriba que lo sucedido este fin de semana tiene algunas similitudes con episodios pasados en el país, por ejemplo, en 1968 la marcha convocada por universitarios se generó previo a las Olimpiadas de México 68.
El gobierno priista del presidente Gustavo Díaz Ordaz reprimió la manifestación con el uso del Ejército Mexicano, lo que terminó con una masacre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
En el afán de mantener el “orden” el gobierno usó la represión, la violencia, la fuerza, contra los manifestantes, con lo cual ocultó los cambios que se estaban viviendo y las demandas de libertad de expresión y de apertura política.
¿Cuál es la similitud con la situación actual?
El gobierno morenista pretende construir un discurso de éxito en contra de los cárteles de la violencia, al posicionar de manera machacona la baja en el índice de homicidios dolosos. Sin embargo, guarda silencio ante las desapariciones, feminicidios, extorsiones, cobros de piso, huachicol fiscal, etc.
La manifestación que se generó en el país se da previo al Mundial de Futbol que tendrá, por primera vez, tres sedes: Estados Unidos (principal organizador), Canadá y México.
En ambos episodios hay un común denominador: el ocultamiento gubernamental sobre la realidad que asfixia a la sociedad y la intolerancia política.
En 1968 México vivía un autoritarismo político en el que no había cabida para la democracia y menos aún para la pluralidad. El PRI controlaba todo, Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La iniciativa privada estaba cooptada por el gobierno al igual que los medios de comunicación.
El enemigo al que habría que combatir era el comunismo.
Hoy el enemigo es la derecha, la ultraderecha, los conservadores, los neoliberales, los comentócratas y todo aquello que no comulgue con el gobierno de Morena.
Los jóvenes del 68 estaban hartos del PRI, de la dictadura de un partido político, de la falta de libertad de expresión.
Hoy la sociedad está harta de la violencia, de la inseguridad, de la ola criminal que azota a una gran parte del país, de la corrupción gubernamental y de la impunidad. Los mexicanos están hartos de que el gobierno oculte una realidad que agrede y lastima, que mata y expulsa a familias enteras.
La sociedad mexicana está herida.
La marcha convocada por el Gen Z no se publicó en desplegados o panfletos, tampoco en espectaculares.
Se difundió en redes sociales, en el ámbito informativo, de convivencia y de interacción de esta generación cuyos integrantes tienen entre 12 y 27 años de edad.
La respuesta del gobierno fue la descalificación a ultranza porque no entiende lo que está pasando en el país, voltea hacia otro lado, construyen el Plan Michoacán para contener un cambio que se está generando en los 32 estados del país.
Uruapan podría ser el inicio de un cambio en México.
Al tiempo.
@juangomezac
























