Bernardo Hernández/PórticoOnLine
Más que comprensión y unidad, el plan de la Rectoría para aliviar la situación financiera de la UAZ, sus deudas con el ISSSTE y sus compromisos con el sindicato, encontrón severas críticas de parte de la comunidad universitaria.
Expresiones como “más atole con el dedo” y “solución incompleta” fueron recurrentes entre alumnos y docentes de la universidad al referirse al documento firmado por Armando Silva, consejeros académicos y directores de unidad principalmente.
Medidas como mantener la estabilidad de la institución y gestionar recursos ante la Secretaría de Hacienda, son la misma cantaleta que en nada toca a los privilegiados de la UAZ ya que no propone medidas como reducir los sueldos de la burocracia universitaria o transparentar los gastos de Rectoría.
Una queja particular de los alumnos fue que el plan dado a conocer el pasado 21 de marzo no fue consultado con la comunidad estudiantil a pesar de que uno de los objetivos del plan tiene que ver con garantizarles los apoyos necesarios para su correcta formación.
Otros universitarios ven en el documento un nuevo intento del rector Silva por “echarle la bolita” a la Federación sin ofrecer propuestas realistas.
Una falla del acuerdo, opinan docentes de la institución, es que Rectoría no se compromete a aceptar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público realice una auditoría a las cuentas de la UAZ, condición que ha puesto la autoridad federal para sentarse a negociar con la institución. La institución se resiste con el argumento de que se violentaría la autonomía universitaria.
Además, el plan no menciona la forma en que se conseguirán ahorros para disminuir la crisis financiera ya que si el recorte se hace en los insumos de la institución el dinero resultante no será suficiente y sí se logrará, en cambio, deteriorar la calidad del servicio educativo.
A pesar de los lujos que puede darse la casa de estudios, como comprar las prestaciones de varios funcionarios de la Universidad y luego seguirlas pagando, bajar la calidad en las aulas no es una opción.
El escenario visible en la UAZ pues es de división o de “generación artificial de conflictos” por usar una expresión de las autoridades universitarias. Armando Silva y la mayor parte de la burocracia UAZ en un frente común, los sindicatos en una pugna permanente con el rector, el SPAUAZ contra el STUAZ y los alumnos que no creen en nadie.