La ciudad y el viento, es el título de la novela de la escritora Dolores Castro Varela, que se presentó en el museo Zacatecano, el texto es un rescate del entorno capitalino inmediato al periodo de la revolución y a la batalla del 23 de junio, que dejó secuelas en el ánimo de los habitantes, de los que huyeron de la violencia y de los que se quedaron a reconstruir la ciudad en ruinas.
La poeta, narradora, ensayista y crítica literaria una de las fundadora de Radio UNAM, nacida en Aguascalientes y avecindada en algunos años en esta ciudad de Zacatecas, estuvo acompañada en esta velada literaria por los letrados Manuel Andrade, Gerardo del Río, Guadalupe Dávalos Macías y Janea Estrada como moderadora.
La primera edición de este libro, se realizó en 1962, de la cual se tiraron dos mil ejemplares, pocos de ellos llegaron a nosotros, ya que aquella edición fue publicada en Jalapa, y distribuida lejos de Zacatecas.
El compendio es una novela que inicia con el choque entre liberales y conservadores, a través de personajes de la cotidianeidad, va dibujando el Zacatecas de antaño, rescatando costumbres, algunas que siguen vigentes después de cincuenta años, y dando testimonio de hechos que la autora recordaba cuando vivió su infancia y adolescencia en esta la ciudad del viento.
Generales, católicos, empresarios mineros, damas de sociedad, en múltiples escenarios y casonas, reviven a través esta singular narrativa un tiempo ido, pero a la vez presente, un tiempo que urge rescatar.
La autora ha sido galardonada con el Premio Iberoamericano de poesía Ramón López Velarde, es esta narrativa una muestra de la prosa que sin ser poesía encuentra el equilibrio justo, entre los personajes, entre sus acciones y emociones, dibujando un territorio que sufre de seguías intensas en donde los actores que algunos vivieron forman parte de este andamiaje de relaciones sociales, con un constante temor a causa del movimiento cristero.
La narrativa de Dolores Castro, al igual que otras autoras como Nellie Campobello, Elena Garro, evoca femeninamente, una época de la historia de México, represiva e injusta para muchos, actos y hechos que permanecen y se testimonian magistralmente en esta reedición que vale la pena que todos los zacatecanos conozcan.
A más de cincuenta años de publicada “La ciudad y el viento” guarda intacta su frescura, basta iniciar con los primeros renglones para ser atrapado por esa red invisible de palabras que llevan al lector al mundo íntimo de una ciudad que es personaje principal de la trama, esa novela tuvo una serie de acontecimientos afortunados y que es todo un juego de espejos, tiene su germen en esa imagen del poeta Ramón López Velarde tan entrañable para Dolores Castro.
Ante la presencia del director del Instituto Zacatecano de Cultura (ZC) “Ramón López Velarde, Gustavo Salinas Iñiguez, Héctor Ávila Ovalle Subdirector, de Investigación y Enseñanza del IZC, el subdirector de Ciudadela del Arte Manuel Meza Montalvo, el artista plastico Ernesto Juárez, Efraín Gutiérrez de la Isla y seres tan queridos de la célebre poetisa como las familias Inguanzo Varela, Sescosse Varela, su hermana y su hija Lolita, a los que la escritora agradeció su presencia, su cariño y que atentos escucharon los comentarios vertidos eruditamente por presentadores y moderadora.
La ciudad y el viento dijo el letrado Gerardo del Río: “Es uno de esos libros que al encuentro de uno, son ese feliz acontecimiento de todo lector, cada página fue el mapa secreto y la crónica de una ciudad que se mantenía como un espejismo en la memoria del niño que fui alguna vez y que de vez en cuando me vista.
Esta novela contiene la mirada niña de la poeta, pero fue escrita en el momento de madurez cuando los sedimentos de esa mirada niña estaban en reposa y Dolores Castro los fue decantando para legar al lector esa visión que hace posible la epifanía, la revelación de la maravilla cotidiana, por eso es tan actual.
Destacó como en esta novela hay un manifiesto sobre la condición de ser mujer, que dejaría pasmada a la más radical feminista en pocas líneas Lolita desnuda y retrata el alma femenina, como lo haría un cirujano bastan esas pocas palabras para cimbrarse, ante ese dolor que aún hoy palpita como una vieja herida sobre la que el olvido no debe prevalecer”.
Dolores Castro nació el 12 de abril de 1923 en Aguascalientes, transcurrió su infancia y adolescencia entre Aguascalientes y Zacatecas Realizó estudios en Derecho y una maestría en Literatura Española en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Próximamente recibirá el Premio Nacional de Artes y Ciencias 2014.