El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió este jueves de nuevo a los senadores republicanos para que logren una derogaciónde la ley de salud conocida como Obamacare, después de dos votos fallidos en la Cámara alta que dejan como única posible alternativa una versión mucho más descafeinada.
“Vamos, senadores republicanos, ustedes pueden hacerlo con la asistencia sanitaria. ¡Después de 7 años, esta es su oportunidad de brillar! ¡No decepcionen al pueblo estadunidense!”, dijo el mandatario en su cuenta personal de la red social Twitter.
Los republicanos del Senado, que ostentan la mayoría, no han sido capaces de ponerse de acuerdo en cómo derogar la ley de salud que impulsó el ex presidente Barack Obama, y las dos propuestas consideradas hasta ahora no han logrado el consentimiento de los senadores para prosperar.
La Cámara alta aprobó este martes por la mínima iniciar un nuevo procedimiento legislativo para mantener vivo el debate sobre el futuro de la ley sanitaria, una pequeña victoria de Trump cuando parecía todo perdido.
No obstante, la falta de acuerdo es tal, que el vicepresidente, Mike Pence, en calidad de presidente del Senado, tuvo que deshacer el empate a 50 votos entre demócratas y republicanos para comenzar el debate legislativo, un procedimiento que normalmente no conlleva ningún tipo de discusión.
Tras ese primer paso, se sometieron a votación dos proyectos legislativos, uno que contemplaba la derogación y un plan de sustitución; y otro que simplemente acababa con gran parte del sistema actual de salud y daba dos años de margen para crear una alternativa. Ninguno de ellos prosperó.
Ante la falta de entendimiento, se espera que los republicanos lleven al Senado una derogación reducida de Obamacare conocida como “skinny bill” o “ley flaca”, en la que solo sometan a votación enmiendas en los pocos aspectos en los que hallen consenso.
Aún no está claro cómo será el formato final de esta versión, que se debate hoy en el pleno de la Cámara Alta, ya que debe ser también aprobada en última instancia por la Cámara de Representantes.
La “ley flaca” de derogación podría acabar con algunos aspectos en los que los republicanos coinciden en poner fin, como el mandato para las empresas con más de cincuenta empleados de ofrecer un seguro médico a sus trabajadores si no quieren ser multados, o el conocido como mandato individual, que también castiga a los individuos con recursos que no busquen una póliza en el mercado.
Sin embargo, la expansión de las subvenciones a las personas con bajos recursos, conocida como Medicaid y que ampara Obamacare, se mantendría intacta para mantener contentos a los senadores más moderados, algo que, sin embargo, no está bien visto por los conservadores.
Aunque la “ley flaca” parece la opción más viable hasta el momento, tampoco está claro que obtenga todos los apoyos, pues su impacto también dejaría sin seguro a 16 millones de personas en los próximos diez años, la mitad de lo que hubieran provocado las opciones ya rechazadas, pero igualmente un duro golpe para el acceso a la salud en el país.