Bernardo Hernández/PórticoOnLine
Para Guillermo López, especialista en desarrollo de proyectos hídricos, la Planta Osiris, construida en el municipio de Guadalupe, está en vías de convertirse en “la obra más mala del sexenio”.
Los problemas de la obra encomendada el constructor Juan Antonio Rosales Torres van más allá de la inapropiada planeación, la corrupción y el hecho de que lleva más de 40 días sin funcionar luego de apenas un par de meses de operaciones.
Según Guillermo López, corregir las deficiencias y los vicios ocultos además de las instalaciones complementarias que requiere Osiris para sanear 600 litros por segundo (el volumen prometido en el proyecto) le costarán a las autoridades al menos 20 millones de pesos.
Esos 20 millones más los 280.9 millones de pesos que costó la construcción, según el portal de transparencia del gobierno estatal, dan un total de 300.9 millones de pesos.
Como informó Pórtico en días pasados, la planta tratadora carece de las conexiones necesarias para ingresar el volumen planteado en un inicio (en los meses que estuvo prendida operó apenas al 20% de su capacidad); tampoco tiene el suministro eléctrico suficiente para funcionar; ni plan para reutilizar el agua.
De acuerdo con el especialista en proyectos hídricos, las autoridades estaban advertidas de que la ubicación de la planta no era ni deseable, ni la mejor opción, ya que trasladar el líquido reciclado a la mancha urbana, para su reutilización en acciones como el cuidado de parques y jardines, no es rentable
Otra prueba del fracaso del proyecto, según Guillermo López, es que el líquido tratado ha sido devuelto al arroyo de aguas negras del que salió.
Aseguró que la justificación de las autoridades de que el agua reciclada será vendida a las empresas que se instalen en la zona industrial cercana tiene sólo una pequeña parte de verdad. Recordó que la industria apenas gasta el 2% del agua que se consume en el estado.
Según Guillermo López, ni la Conagua, ni la Secretaría del Agua y Medio Ambiente, ni la Semarnat, ni, en su momento, la CEAPA (ahora extinta y con su parte operativa integrada a la Secretaría de Infraestructura) hicieron lo que les correspondía para corregir los problemas de Osiris, de manera que a estas alturas, en este asunto de aguas negras, no hay inocentes .