Van a pie, van bromeando. Ríen, comen fruta, se fotografían, presumen sus playeras bordadas y uniformes deportivos, pero pocos levantan el puño en defensa de sus derechos laborales durante esta marcha del primero de mayo.
Se citan a las nueve en la Alameda y esperan el son de la Marcha Zacatecas, interpretada por la Banda Sinfónica del Estado, para dar comienzo a la caminata a lo largo de las calles Fernando Villalpando y Avenida Hidalgo.
El primer gremio en protestar es el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), bajo consignas como “no a la Ley de Telecomunicaciones”, aunque el ruido de la tambora que acompaña al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado, Municipios y Organismos Paraestatales (SUTSEMOP) acalla sus voces.
Secciones completas del SUTSEMOP marchan calladas, felices y uniformadas de rojo. Ningún empleado sostiene alguna pancarta que exprese la necesidad de mejorar sus condiciones de trabajo.
Sin embargo, llega el turno de la sección de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la cual pide un incremento salarial de seis por ciento y un alto a las afectaciones nominales producidas por el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Otros más exigen la salida de su líder gremial, Armando Moreira, a quien le advierten: “Moreira, entiende, el salario no se vende”, aunque son pocas las voces que protestan, entre los más de 10 mil marchantes.
Al final, camina un número reducido del Sindicato Independiente de Trabajadores del Estado de Zacatecas (SITEZ), el Sindicato de Personal de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ), el Sindicato Único del Personal Docente y Administrativo del Colegio de Bachilleres (SUPDACOBAEZ), el Movimiento Democrático Magisterial de Zacatecas (MDMZ) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Las protestas que los unen son el respeto a los contratos colectivos de trabajo, la oposición a la reforma educativa, aumento salarial para los docentes y pedir un alto al “terrorismo laboral”, según comentaron.
Al final, todos vuelven a reír, van a almorzar, observan a los últimos marchantes y vuelven a sus casas, puesto que mañana vendrá un día más de trabajo.