Reporte Especial // Rocío Pedroza // Pórtico Online
Adopción
Y llegamos a los casos de aquellas mujeres que se enfrentan con el gran problema de la esterilidad, hay quienes se han sometido a cirugías de histerectomía y otras que luchan día a día por quedar embarazadas sin que dé resultado. En su búsqueda por ser madres, se han encontrado con dependencias que luchan porque pequeños abandonados por sus padres o dados en adopción encuentren un hogar donde se les brinde además de amor, los cuidados que requieren.
Lorena Lamas Arroyo, titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia, informó que en la vigésima sesión del Consejo Técnico, se llevó a cabo la reinserción familiar de 10 menores, dos adopciones y 7 hogares sustitutos.
De la Villa Infantil del Sagrado Corazón de Jesús de Fresnillo fueron colocados dentro del Programa Padrinos a dos pequeños, dos más de la Casa Hogar Betania de Jerez y una menor de Vifac fue dada en adopción.
Lamas Arroyo aseguró que el trámite de la adopción es increíble, “todo el personal trabaja con sensibilidad para que los pequeños no pasen mucho tiempo dentro de una casa hogar”, puesto que el propósito de la institución es reintegrar a los pequeños con su familia biológica o con una adoptiva.
Informó que durante la actual administración, han entregado 63 pequeños en adopciones y a 127 los han reintegrado con sus familias o parientes cercanos. Una lista de 138 menores de los cuales están resolviendo su situación legal para que puedan ser candidatos para ser adoptados.
La procuradora de la Defensa del Menor detalló que de 110 solicitudes de adopción, se han dado respuesta a 35 y 28 corresponden a parejas de otros estados, dándoles prioridad a las del estado, específicamente a padres que no han podido procrear.
El mayor problema a la hora de que las parejas presentan su solicitud de adopción es que buscan a recién nacidos, pues los futuros padres creen que solo un bebé puede incorporarse perfectamente a la familia y los niños que están en espera de ser adoptados son de mediana edad y adolescentes que están deseosos de formar parte de una familia.
“Desgraciadamente las solicitudes que más llegan son las de bebés, pero son solicitudes que no se pueden responder porque no tenemos bebés, no podemos engañar a la gente, aquí lo que tenemos son niños más grandes, que han sido abandonados o violentados”.
“Los niños jamás preguntan la edad de los padres adoptivos”, afirmó la procuradora ante el lamentable hecho de que no haya disposición por las parejas de adoptar a un pequeño de hasta nueve años o un adolescente.
“Hemos visto que niños y adolescentes con problemas de mal comportamiento y de bajas calificaciones, condiciones que cambian en cuanto se integran con su familia adoptiva, porque les hace falta estar dentro de un ambiente de amor”, cita Lamas Arroyo al referirse al derecho de los pequeños de vivir en familia, sin importar su edad.
“En una ocasión un niño quería que se le hiciera una transfusión de sangre porque él no solo quería ser hijo de corazón sino también de sangre”.
La procuradora aseguró que las adopciones se resuelven en base al interés y necesidades del niño.
Testimonios de madres adoptivas resaltan el hecho de que se han sometido a tratamientos de fertilidad que han durado hasta por 15 años, cuando es totalmente innecesario seguir dañando sus cuerpos, siendo que aquí hay personitas deseosos de amarlas.
Lorena Lamas fue clara y dijo que la adopción no se trata de llenar un hueco, sustituir una pérdida o alcanzar un estatus, sino que quienes desean realizar este trámite es necesario que sepan que van a tener un hijo que significa una responsabilidad para toda la vida, objetivo por el cual se realizan test psicológicos y ver que quienes soliciten un pequeño, deben estar en condiciones mentales y económicas de hacerse cargo de él o ella.
Por otra parte, hay quienes se desesperan y buscan otras opciones. “Mientras no lo hagan ante un juzgado, incurren en un delito y corren el riesgo de que les puedan quitar a su hijo”, aseguró la procuradora y recomendó a quienes no están en posibilidades de procrear que se acerquen al DIF.
Exhortó también a mamás jóvenes que no hayan cómo resolver su vida, que antes de pensar en abortar a su bebé o tirarlo, acudan a instituciones que puedan ayudarles.
Testimonio de adopción
Una mujer que emana felicidad narra el momento en el que se convirtió en madre. Después de someterse a una histerectomía a los 24 años de edad, conoció al amor de su vida y a éste no le importó la infertilidad a la que se enfrentaría a su lado. Contrajeron nupcias sabiendo que más tarde querían convertirse en padres, siendo la adopción uno de sus objetivos. Dos años más tarde iniciaron su trámite en el DIF estatal, proceso que les llevó alrededor de tres meses, y un año después, recibió la llamada que le cambiaría la vida.
Les avisaron que había un pequeño que podían adoptar de apenas tres meses de vida, su entusiamo y alegría aún se desborda pues afirma, fue un niño muy deseado no solo por ellos como padres sino por todos sus familiares.
“En el momento que lo vi supe que era mi hijo, aunque no lo llevé en el vientre, supe que era mi hijo”.
“Benditas mamás que los dejan aquí y afortunados ellos (los hijos) porque tienen la dicha de tener dobles padres”.
Actualmente están por iniciar otro trámite para otras dos adopciones, pues quieren darle hermanos a sus hijos.
Este testimonio es la evidencia de que ante la concepción en la adversidad, siempre hay una alternativa que puede hacer felices a otros, no siempre la solución es fácil, sin embargo, aquellas mujeres que enfrentan una situación adversa pueden encontrar ayuda en las instituciones y contribuir a reestructurar el núcleo familiar, ya sea en la familia biológica o en una adoptiva.
Aunado a esto, es importante subrayar que tanto instituciones gubarnamentales, organizaciones sociales y la población en general, en conjunto, están dispuestos a preservar la vida de los nonatos y contribuir a su desarrollo, prosiguiendo el modelo de supervivencia impreso en sí mismo, sin importar las circunstancias más difíciles que puedan rodearlos a lo largo de su vida, ya que el paso por este mundo no corresponde al ser humano determinarlo, sino a Dios mismo, el único que determina los días de un ser.