SALTILLO.- Coahuila es una de las entidades con el mayor índice de matrimonios infantiles de México: ocho de cada 10 niñas que se casan, lo hacen con adultos, solo dos de cada 10 se casa con un pareja menor de edad como ellas.
El matrimonio de las niñas es casi siempre una consecuencia de los embarazos tempranos, la estimación señala que el porcentaje es de casi un 80 por ciento, y también, en gran medida, motivadas por la presión de los padres y madres se casan por cuestiones del “honor familiar” o por obtener seguridad social para la futura madre y del bebé por nacer.
Pero una unión producto de un embarazo, lleva a un 35 por ciento de las niñas a tener un segundo embarazo, dice la titular de la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif), Yezka Garza Ramírez, por ello la política pública está enfocada en la prevención, con diversas estrategias interinstitucionales, además de que con la prohibición del matrimonio se intenta desincentivar los segundos y terceros embarazos.
Más niñas y menos esposas
“Lo que queremos atacar es esta cultura arraigada que existe en el norte, pues seguimos luchando con las mamás de las niñas, sobre todo, cuando se van con el novio o que ya tuvieron relaciones sexuales y se embarazan, las casan, probablemente como una medida de protección, pero para nosotros definitivamente todavía no cumplen un periodo como niñas, todavía no son adultas, ni siquiera legal ni física ni intelectualmente, como para tener un rol de esposas o un rol de madres”, añadió Garza Ramírez.
El Código Civil y el de Procedimientos Civiles del Estado de Coahuila prohibió las uniones matrimoniales antes de los 18 años. Apenas en septiembre de 2015, se eliminó la dispensa que permitía los enlaces a los 16 años.
“Esta modificación nos obliga a las autoridades a emprender acciones que eliminen la idea de que el matrimonio es la mejor solución para los embarazos de menores”, señaló la titular de la Secretaría de las Mujeres, Luz Elena Morales, quien destacó que en esta tarea se han sumado los esfuerzos de todas las dependencias del actual gobierno.
El 8.6 por ciento de las y los jóvenes, de entre 15 y 19 años, en el estado están unidos o casados.
Hay que seguir de cerca qué impacto va a tener la eliminación de la dispensa y, por otro lado, transformar básicamente la cultura de la población que vincula embarazo con matrimonio porque “¿quién le va a responder a la niña?”, señaló.
Mencionó la Estrategia Estatal de Prevención del Embarazo en Adolescentes del Estado de Coahuila, encabezada por la Secretaría de la Juventud, con la asistencia técnica del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
La Estrategia reconoce que dos de cada 10 nacimientos en Coahuila son de madres adolescentes de entre 15 y 19 años. También que en el año 2013 el 10.1 por ciento de los alumbramientos fueron de niñas entre 10 y 17 años. Lo que significa seis mil 325 nacimientos de madres en ese rango de edad.
“Se vinculó mucho la reforma del Código Civil con la estrategia de prevención del embarazo. En esta estrategia hay un comité donde estamos todas las secretarías, y donde están los principales focos que son las secretarías de Salud y de Educación, donde detectan los principales casos, y la Procuraduría de los Niños, Niñas y Familia que donde se le da todo el seguimiento, pero también el Registro Civil, donde en su momento se brindó toda la capacitación y la sensibilización para los oficiales”, precisó Luz Elena Morales.
En Coahuila, las oficialías del Registro Civil son autónomas del presupuesto público. Y aunque la prohibición del matrimonio infantil repercute en los ingresos de los titulares, éstos deberán acatar la reforma legislativa, ya que de lo contrario son sujetos de sanción penal, establecida en cuatro años de prisión.
Matrimonios con hombres mayores de 18 años
Las estadísticas oficiales revelan que Coahuila ocupa el quinto lugar nacional en el índice de matrimonios de las niñas antes de cumplir los 18 años. De acuerdo con ONU Mujeres, con datos del INEGI, el 27.26 por ciento de las mujeres de 20 a 24 años, se unieron antes de cumplir los 18; el 7.33 por ciento lo hicieron antes de los 15.
La mayoría de las mujeres unidas, el 49.6 por ciento tienen solo primaria o no la terminaron; mientras que el 48.5 por ciento tienen secundaria, y solo el 10.9 por ciento preparatoria.
En la zona rural es más alto el índice de uniones o matrimonios, con el 35.6 por ciento, en tanto que en el área urbana es del 26.1 por ciento. También el estrato socioeconómico muy bajo registra el mayor índice de matrimonios o uniones con el 49.6 por ciento, mientras que el medio-alto tiene el 12.6 por ciento.
“No es esa la vida que yo quería”
“Te vas de tu casa porque tus papás te exigen estudiar y buenas calificaciones, y eso representa muchos problemas, pero no te das cuenta que cuando sales de tu casa y te casas se duplican”, dice Lorena quien se casó a los 16 años de edad, pero se embarazó cuando aún no los cumplía.
Rocío Lorena Rodríguez Pérez, tiene ahora 33 años, vive en Saltillo, la capital de Coahuila, y a pesar de que dice que el matrimonio temprano resultó no ser la vida que quería, reconoce que para otras mujeres ha sido más difícil, ya que no cuentan con el apoyo de la familia.
En su caso no fue así, ella siempre recibió apoyo de su madre y padre, de quien dice son personas muy abiertas y liberales, ambos con preparación profesional. “Ellos me decían que no me casara, pero para mí era una vergüenza tener un bebé sola y me casé con el novio con el que empecé una relación desde los 12 años”. Terminó hasta la secundaria y ya no hizo la Preparatoria también por vergüenza del embarazo.
Lorena tiene ahora un hijo de 16 y una niña de 10. Ha estado separada de su pareja por periodos, pero regresan. Dice que de niña le faltó la presencia de su mamá en casa, aunque cuando se le pregunta cómo educaría a su niña, dice que como su mamá porque es una mujer fuerte, meta que se propone lograr. La cita como ejemplo para otras mujeres porque trabaja y es muy activa a sus 60 años.
Reyna Victoriano tiene 28 años. Tiene seis años en Saltillo y pide limosna para sus tres hijas a un costado de la catedral. Llegó desde Querétaro con su esposo con quien se casó a los 15 años; él tenía 16. ¿Por qué te casaste Reyna? Su respuesta fue: “No sé”.
A los catorce años Ángela Yoana Reyes Rosell tuvo su primer hijo. Se casó a los 16 por un segundo embarazo. Ahora tiene 32 años y dos hijos y una hija. Dice que estudió secundaria, y ya no siguió por falta de recursos y por el machismo de su pareja, quien también era menor de edad al casarse, no continuó estudiando y se dedicó “a la obra”.
Ángela Yoana está enterada de que hay ahora una ley que prohíbe los matrimonios antes de los 18 años, pero afirma que eso no desmotivará las uniones. “Lo único que hará esa ley es no tener un papel firmado, aunque no se casen, al salir embarazadas decidirán vivir en unión libre. Son las mismas obligaciones; para mí el único beneficio es que se ahorrarán el divorcio.
“Yo no estoy contenta, pero soy feliz porque tengo a mis hijos. Mis sueños no están cumplidos, pero lo lograré. Yo aconsejaría a otras que no se casen, que todo llega a su tiempo, porque a la larga te arrepientes; no vale la pena adelantar los tiempos, disfruten cada etapa de la vida”.
Uniones en los últimos cinco años
De acuerdo con los archivos de la Dirección de Registro Civil en esa entidad, del año 2011 al año 2015 en Coahuila se casaron siete mil 423 niñas entre los 13 y 17 años de edad, de las cuales seis mil 088 se casaron con una pareja mayor de 18 años, es decir el 82 por ciento, y mil 335 lo hicieron con una pareja también menor de edad, (18 %).
Esto contrasta con la declaración de la titular de la Pronnif, Yezka Garza Ramírez, quien manifestó que el 70 por ciento se casa con parejas menores y el 30 por ciento mayores de edad, y alertaba que en algunos de los casos podría tratarse de delitos sexuales, por lo que se hicieron reformas al Código Penal para considerar violación equiparada a quien sostenga relaciones con una menor de 15 años, con o sin consentimiento.
Siguiendo con las cifras, y desagregando por grupos de edad, en ese mismo lapso se casaron cinco niñas de 13 años, tres de las cuales con un hombre mayor. También contrajeron nupcias 117 niñas de 14 años, de las cuales 85 lo hicieron con una pareja mayor de 18.
De las 457 niñas casadas a los 15 años de edad en ese periodo (2011 a 2015), 345 lo hicieron con un hombre mayor y 112 con una pareja menor de 18 años. Además, se casaron tres mil nueve niñas de 16 años, de las cuales dos mil 348 lo hicieron con una pareja mayor, y 661 con uno menor de edad.
Por último, en esos cinco años contrajeron nupcias tres mil 835 menores de 17 años, la mayoría, tres mil 307 lo hicieron con una pareja mayor de 18 años, y 528 también con menores.
Dora Alicia Garza, directora del Registro Civil del Estado de Coahuila, señaló que sí se les dio capacitación a las y los 159 oficiales de la entidad. Y aunque dijo que el impacto económico en los ingresos de las oficialías puede ser mayor en las ciudades más grandes, todos están obligados a no celebrar matrimonios infantiles. Para ello hay un monitoreo permanente en todas las regiones.
La iglesia se ajusta a las disposiciones civiles
La Iglesia se tiene que ajustar a los ordenamientos internacionales de derechos humanos y a los esfuerzos del Estado Mexicano por tutelar los derechos de la niñez a través de las normas civiles, dijo el Vicario Judicial de la Diócesis de Saltillo, Mario Alberto Cruz Méndez, quien puntualizó que aunque el Código de Derecho Canónico de 1917 y de 1983, existe la dispensa para la celebración del matrimonio de las niñas no menores de 14 y los niños no menores de 16, (Canon 1083), en 1984 la Conferencia Episcopal Mexicana acordó subir la edad a 16-18.
En caso de que se celebren matrimonios a menores de 16 años, estos deben ser con la licencia del obispo, (Canon 1071), lo cual no va a suceder ahora con la reforma de las leyes civiles en el caso de Coahuila, pues no podemos realizar enlaces que no son reconocidos por la ley, agregó.
“El Derecho Canónico respeta los criterios del Estado para disciplinar. Puede ser permitido, con permiso del ordinario el enlace de una viuda o divorciada, pero de un niño no. Porque la iglesia en este caso, es muy diferente el ámbito de los adultos y niños. Si el ordinario da dispensa a un menor de edad, entonces es cómplice de delito.
“No solamente en el ámbito administrativo, sino la ley civil es muy clara que el criterio fundamental que ha motivado al cambio a la edad, no es por capricho, sino porque es un derecho que se está tutelando, que exige por la protección de la vida, salud, todos los derechos que el niño tiene. Entonces tiene que sumar. El estado tiene la obligación de capitalizar todos sus recursos en la niñez. Entonces en esta modificación, la Iglesia tiene que sumarse, porque no va en contra de la moral, al contrario. Favorece la protección de los más débiles.
“Es un delito y un pecado, porque es la simulación de un sacramento, entonces hay una sanción canónica a criterio del obispo, pero también es un pecado grave, porque estás utilizando el sacramento haciendo pasar una realidad que no existe”, manifestó Cruz Méndez.
Apenas el 16 de junio de este año, la Diócesis de Saltillo, encabezada por el Obispo Raúl Vera, determinó, a través del decreto titulado “Instrucción sobre la edad mínima para el matrimonio”, no otorgar licencias, ni dispensas que establecen sus propios cánones, ni los acuerdos de la Conferencia Episcopal Mexicana, respecto de la edad mínima para casarse, por lo que se exhorta a los párrocos a corroborar que la pareja de contrayentes tenga cumplidos 18 años y, en lo posible, tener la certeza de que se hayan casado por las leyes civiles.
Esto fue producto del acuerdo del Consejo Presbiteral, que se apega a los cambios en los Códigos Civiles del Estado, con vistas a erradicar los criterios que pongan en riesgo la vida y el desarrollo de las personas menores de edad.
Con información de: SEMMéxico