El número de muertos en el atentado con coche bomba perpetrado este lunes por los talibanes contra un autobús cargado de funcionarios en Kabul se ha elevado a 31 y los heridos rondan los 40, informó una fuente oficial.
La mitad de los fallecidos, de los que al menos tres son mujeres, quedaron completamente calcinados y su identificación está resultando difícil para las autoridades, indicó el coordinador de Víctimas del Ministerio de Salud Pública, Baz Muhammad Shirzad.
“De esos cadáveres gravemente quemados algunos han sido ya identificados pero todavía estamos trabajando para identificar siete cuerpos, ni siquiera sabemos si son adultos o niños”, afirmó la fuente.
Poco antes de las 7.00 hora local, un suicida atacó un autobús que transportaba a funcionarios del Ministerio afgano de Minas y Petróleo a su paso por un área residencial de la capital, según afirmó el portavoz de la Policía local, Basir Mujahid.
Los talibanes reivindicaron la autoría asegurando que el objetivo del ataque, perpetrado “con un coche repleto de potentes explosivos”, eran dos microbuses con “interrogadores” de los servicios de inteligencia afganos.
“Esos dos microbuses llevaban dos meses bajo vigilancia y fueron atacados hoy después de que hubieran recogido a todos los pasajeros”, indicó el portavoz del grupo insurgente Zabihullah Mujahid, en una versión negada por la principal agencia de inteligencia, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS).
Este es el atentado más grave en Kabul desde el pasado 31 de mayo, cuando un camión cargado de explosivos detonó a la entrada de una zona de alta seguridad, donde murieron 150 personas y más de 300 quedaron heridas.
Según los datos recopilados por la misión de la ONU en Afganistán, el conflicto ha alcanzado un nuevo récord de muertes de civiles, con mil 662 fallecidos en los primeros seis meses del año.