Cornetas, tambores, rifles y más de 16 mil 500 personas se dieron cita para presenciar las tradicionales morismas de bracho, una de las representaciones más antiguas y conocidas en el estado.
Esta festividad cumple 196 años de realizarse con diversas personalidades entre niños, adultos y ancianos, con un mismo propósito la fé al santo San Juan Bautista por la cual se realiza esta fiesta.
Las morismas de bracho se llevan a cabo el último fin de semana de agosto, en Lomas de Bracho, el ahora “paisaje cultural”; la representación se realizó en tres días y se dividió: viernes, La decapitación de San Juan Bautista; sábado, el Combate de Carlomagno y domingo, la Batalla de Lepanto. La festividad recrea tres hechos importantes de la historia bíblica y medieval, que narra las batallas entre moros y cristianos en los siglos VII y XVI.
Los vestuarios coloridos de los feligreses, el resonar de tambores, los pasos redoblados sobre el asfalto y un olor sutil de pólvora pintaron las principales calles del centro histórico, como una de las batallas más importantes del año en los Zacatecanos.
Hubo creyentes entre las filas, descalzos o bebés con los vestuarios típicos de la tradición. Misma que crece entre las familias desde muy temprana edad, tal es el caso de Verónica Oliva, creyente de San Juan Bautista y participante desde hace 40 años.
Este año la cofradía de San Juan Bautista grupo organizador desde hace 82 años tuvo la iniciativa de crear un reglamento para el control del consumo en bebidas alcohólicas para evitar accidentes; y se contó con el apoyo por parte de la Guardia Nacional, Protección Civil, Cruz Roja, Policía Estatal y Tránsito del estado los cuales permanecieron en las instalaciones durante los tres días, al pendiente de cualquier percance.
Por el gran número de participantes y espectadores se tuvieron que tomar estas medidas de control, donde afortunadamente los asistentes sí pudieron observar el cambio en la organización a comparación de años anteriores ya que hubo una disminución de peleas; sin embargo el uso de la pólvora fue preocupante pues la Cruz Roja asistió a un joven por una amputación imparcial en una de sus manos por el uso indebido de las armas.