El Día mundial de los animales, que se celebra cada 4 de octubre, también es un llamado ante la problemática de las especies que requieren atención especial.
En México, el Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER) contempla entre otros, a la Ballena azul y jorobada, el berrendo, el bisonte, el jaguar, el lobo mexicano, la vaquita marina, el ajolote mexicano, el águila real, las guacamayas verde y roja, y varias clases de tortugas.
Desde los inicios del siglo XX, el Día Mundial de los Animales se realiza en conmemoración de San Francisco de Asís, religioso que, por su amor a la naturaleza y su rechazo al maltrato animal, fue nombrado “Santo de los animales y patrón de los ecologistas”.
México es un país multifacético en numerosos aspectos y una de nuestras características más valiosas es la diversidad, tanto ecológica como cultural. Cerca de dos terceras partes de la biodiversidad mundial se localizan en poco más de 12 países “megadiversos”, y México tiene el cuarto lugar entre ellos en cuanto a riqueza de especies (en el planeta hay cerca de 1,666,576 especies descritas).
La riqueza faunística con la que contamos es un privilegio e implica una gran responsabilidad hacia nuestra sociedad y hacia el planeta, porque el bienestar de las actuales y futuras generaciones depende de la preservación y el respeto hacia los animales y los ecosistemas, nuestro capital natural.
En el plano internacional, la edición 2018 del Informe del Planeta Vivo, de WWF, que monitorea las tendencias en la abundancia mundial de vida silvestre, indica que las poblaciones globales de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles disminuyeron en promedio un 60 por ciento entre 1970 y 2014, el año más reciente con datos disponibles.
Señala que América Latina ha sufrido la disminución más dramática de vertebrados en el mundo con un 89 por ciento de pérdida. Estas poblaciones han tenido un declive de 4.8 por ciento anual en un área que corresponde a la región biogeográfica del Neotropical, que se extiende desde el centro de México hasta la Patagonia y donde se encuentran tres de los países más biodiversos del mundo: Brasil, Colombia y México.
En detalle, el Índice Planeta Vivo (IPV) es un indicador del estado de la biodiversidad global y de la salud de nuestro planeta. Se publicó por primera vez en 1998 y durante estas dos décadas viene haciendo seguimiento de la abundancia de poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios de todo el mundo. Usa las tendencias que emergen como medida de cambios en la biodiversidad.