El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad el viernes por la noche en Nueva York una resolución que establece la destrucción de las armas químicas sirias, mientras se prepara una nueva conferencia de paz para noviembre.
Es la primera resolución que adopta el máximo órgano de la ONU sobre Siria desde el inicio del conflicto en ese país en marzo de 2011, ya que Rusia y China habían opuesto su veto hasta el momento a tres proyectos de texto.
Casi en forma simultánea con la votación el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que una nueva conferencia de paz sobre Siria, denominada “Ginebra 2”, se llevará a cabo a mediados de noviembre con el objetivo de intentar organizar una transición política.
La revuelta contra el régimen de Bashar al Asad, que se transformó en una guerra civil con el correr de los meses, ha dejado más de 110.000 muertos y más de dos millones de refugiados, según estimaciones de la ONU.
La resolución del Consejo de Seguridad fue aprobada con el voto de sus 15 miembros, entre ellos los cinco permanentes con derecho de veto (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña), y los dos rotativos en represntación de América Latina, Argentina y Guatemala.
El presidente estadounidense, Barack Obama, calificó el viernes de “gran victoria de la comunidad internacional” el acuerdo sobre la resolución de la ONU alcanzado el jueves al final de ásperas negociaciones entre Washington y Moscú, aliado de Damasco.
Su secretario de Estado, John Kerry, advirtió que el Consejo podría imponer medidas contra el gobierno de Asad si no cumple con la resolución. “Si el régimen no actúa, habrá consecuencias”, declaro tras la aprobación de la resolución.
El texto, en efecto, prevé la posibilidad de que ese órgano pronuncie sanciones si el plan de desarme no es respetado.
Sin embargo, no se trata de sanciones automáticas.
En caso de violación de los compromisos, será necesaria una segunda resolución, lo que deja a Rusia una alternativa de bloqueo.
Antes de la votación en la sede de la ONU, el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) aprobó en La Haya una hoja de ruta para la destrucción del arsenal sirio.
“Esperamos tener un equipo en el terreno, en Siria, la próxima semana”, declaró el portavoz de la OPAQ, Michael Luhan.
Siria aceptó adherirse a la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas en el marco de un acuerdo ruso-estadounidense negociado en Ginebra tras un ataque con gas sarín que dejó cientos de muertos cerca de Damasco en agosto.
Estados Unidos y sus aliados acusan al régimen sirio de haber cometido este atentado. Damasco, con el apoyo de Rusia, niega ser responsable del mismo y afirma que fue un acto de provocación de la rebelión, que apuntaba a desatar los bombardeos occidentales contra el régimen.
Destrucción completa del arsenal a mediados de 2014
Todos los lugares enumerados en la lista oficial entregada por Siria a la OPAQ el 19 de septiembre deben ser inspeccionados a más tardar 30 días después de la adopción de este texto.
Si Siria no respeta este plan, que prevé la destrucción completa de su arsenal químico para mediados de 2014, la OPAQ podrá “someter el problema directamente” a la ONU.
Pese a la perspectiva de desarme, Naciones Unidas anunció que sus expertos iban a investigar en siete lugares de presuntos ataques químicos, entre ellos dos que se habrían producido tras el del 21 de agosto.
Al subrayar el carácter “vinculante” de la resolución, Obama estimó que la comunidad internacional nunca habría llegado a este acuerdo “sin una amenaza de uso de la fuerza digna de fe” contra el gobierno de Asad.
El mandatario estadounidense había decidido a último momento dar una oportunidad a una iniciativa diplomática para intentar resolver esta crisis.
En tanto, representantes de la oposición siria expresaron en Nueva York su satisfacción ante el acuerdo sobre una resolución, aunque mantuvieron sus condiciones para participar en una eventual conferencia de paz.
“Estamos contentos porque algunas de nuestras demandas fueron aceptadas”, dijo el presidente de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Jarba.
Sin embargo, añadió que ese grupo “deseaba una resolución más clara con relación al Capítulo VII”, que se refiere al uso de la fuerza militar.
Con relación a la participación de la coalición opositora en una conferencia de paz, Jarba dijo: “Estamos a favor de la paz, queremos estar allí (en una conferencia de paz), pero el objetivo (del encuentro) debe ser bien claro”.
Una primera conferencia en junio de 2012 no había arrojado resultados debido a divisiones en la oposición siria y la comunidad internacional.
Por su parte, el presidente iraní Hasan Rohani dijo en rueda de prensa al margen de la Asamblea General de la ONU que “para Ginebra o cualquier otra reunión internacional (…) Irán aceptará activamente la invitación y participará por el bien del pueblo sirio”.