Por Juan Gómez
Ningún gobernador puede permitir que la sucesión se le vaya de su ámbito de control político y mucho menos si es de su partido, tampoco puede dejar que el activismo lleve la atención o la identidad social hacia otra persona o proyecto ajeno, pero en Zacatecas la sucesión gubernamental está en su máximo apogeo y el declive del actual gobierno es un hecho sin precedentes.
David Monreal ha sido incapaz de conducir al estado y ahora lo es también en el manejo de la sucesión que lo rebasa y aplasta en la víspera de su Cuarto Informe de Gobierno, cuando se ha consolidado en el último lugar de aceptación ciudadana, de acuerdo a la empresa Consulta Mitofsky.
El mes junio el mandatario estatal obtuvo 40.3% de aceptación ciudadana y en el pasado mes de julio bajó a 39.8 por ciento, con una tendencia a la baja en la preferencia ciudadana, lo que indudablemente repercute en la aceptación del partido que gobierna en Zacatecas.
Por cierto, en la muestra de la empresa Consulta Mitofsky que muestra los resultados del mes de julio, dos gobernadoras ocupan el primero y segundo lugar de los 32 mandatarios estatales del país: Mara Lezama en Quintana Roo, con el 54.5 de aceptación y Tere Jiménez en Aguascalientes, con el 53.6 por ciento.
Este fin de semana dos legisladores mostraron el músculo en el trabajo territorial: el diputado Ulises Mejía Haro y el senador Saúl Monreal Ávila. El primero rindió su informe de labores legislativas y el segundo realizó una reunión de balance de sus estructuras.
Ambos legisladores son aspirantes a suceder a David Monreal en el gobierno de Zacatecas y mostraron por separado la capacidad de movilización y la organización de sus respectivas estructuras sociales.
Lo anterior es solo un ejemplo de la soledad en la que se encuentra el mandatario estatal, rodeado de una serie de problemas y fracasos en sus proyectos gubernamentales y personales, que han hundido cada vez más su imagen en el fango del rechazo social.
En la última actividad que tuvo el mandatario -la rehabilitación de un tramo carretero- se hizo acompañar por prácticamente todo su gabinete, para dar la impresión de fortaleza, lo cual es totalmente superficial.
El próximo ocho de septiembre el gobernador David Monreal rendirá su cuarto informe de actividades, en el que seguramente hablará de la disminución de los homicidios dolosos en el estado, y de que Zacatecas es ejemplo nacional en ese tema, pero el discurso chocará con una realidad que el mandatario no ha podido superar y que ya no lo hará, sino que continuará profundizándose: el rechazo de los zacatecanos.
También omitirá no solo el fracaso en la realización del segundo piso en el bulevar López Mateos -un capricho oneroso y personal-, sino el de la realización de la Presa Milpillas, proyecto que le fue quitado por la federación al mandatario estatal ante la incpacidad de dar resultado para su ejecución.
El gobierno de Zacatecas se quedó no solamente sin ideas, sin proyectos que puedan ser financiados por la federación y aprobados por el congreso federal, sino sin dinero para afrontar los compromisos de fin de año, lo que reventará la estabilidad política.
La debilidad institucional y política pone sobre la mesa la viabilidad de un eventual cambio de partido gobernante en Zacatecas, aunque los numerosos aspirantes, políticos y políticas, deberán reorientar su narrativa, sus discursos y desmarcarse de un gobierno que no ha dado buenos resultados a los zacatecanos.
David Monreal soltó las amarras del barco de la política desde hace mucho tiempo, y ello tiene un alto costo político electoral.
Al tiempo.
@juangomezac