Por Emilia Recéndez Guerrero.
Este 8 de marzo, día internacional de la mujer, me tocó escuchar la queja de algunas trabajadoras de gobierno del estado, quienes lamentaban no se hubiera llevado a cabo el tradicional desayuno, que desde hace años se ofrecía para ellas y muchas mujeres más. En la presente ocasión, se les invitó a escuchar una conferencia en la plaza de armas, enmarcado en un evento donde todas las oficinas de gobierno informaron de los servicios que prestan, el apoyo que se brinda a las mujeres, así como, las formas en que estos pueden solicitarse, buena manera de conmemorar el día, proporcionando y recibiendo información necesaria.
Sin embargo, muchas mujeres no estaban contentas, y optaron por tomar un taxi e irse a un famoso centro comercial, ubicado en las afueras de la ciudad. No cabe duda, el día internacional de la mujer ha perdido su esencia, la economía globalizada que todo lo absorbe, lo ha imbuido y parece que va ganando presencia más allá del día de las madres. Y es que, muchas mujeres nos son madres aún, o no lo serán por diversas circunstancias. Vender a las mujeres ambas fechas es redituable, pero lo es más, la primera, ya que involucra a todas.
Quizá por eso, los medios de comunicación, la mercadotecnia y hasta las Instituciones le han dado auge al 8 de marzo. Las flores, los desayunos, las comidas, los regalos, y un sinfín de etcéteras caben en la celebración, que no conmemoración. Si se pregunta, muchas mujeres ni siquiera distinguen entre conmemoración y celebración, ni saben tampoco por qué se instituyó tal día, por lo cual aprovechan la fecha para ir a la fiesta, o hacer la fiesta.
Pero el asunto no termina ahí, inclusive entre universitarias/os se desconoce el origen de la conmemoración y entonces algunos académicos se quejan también, diciendo que: no se explican porque las mujeres tenemos tantas celebraciones, “el día internacional de la mujer, el día de las madres, el día de la no violencia contra las mujeres”.
¿Acaso será que se habla y se hace tanto sobre el tema, porque la justicia y la igualdad aún quedan muy lejos? Por supuesto también hay varones solidarios con las causas de las mujeres, son aquellos que en realidad tienen conocimientos sobre el tema.
Hay los otros, aquellos que aprovechan cualquier momento para subir al escenario y mostrar sus conocimientos, que en realidad son notas tomadas de algún sitio de internet, solo dándoles un poco de vuelta, y en la práctica cotidiana, en el mundo laboral, son misóginos disfrazados, aquellos que acosan a jovencitas estudiantes, critican a sus compañeras de trabajo o les ponen el píe cuando observan que éstas les superan en talento y eficiencia.
Por supuesto, no se pude dejar pasar a aquellas mujeres radicales, que hacen del feminismo un fanatismo, y aprovechan los espacios para lucir su “sapiencia” y erigirse en todopoderosas que desean tener súbditas del conocimiento, olvidando los principios de sororidad que predican.
En fin, el día internacional de la mujer da para muchas reflexiones y coincidimos con Marta Lamas en que en este mundo, existen mujeres de distintos tipos, virtudes o calañas, y existen problemáticas generales que compartimos, por las condiciones político económicas en que vivimos, marcadas por la cultura y el momento histórico, por lo cual no debemos permitir que el día internacional de la mujer se desvirtué, se desvalorice y pierda su esencia entre el consumismo, “conmemorémoslo”.