Más allá de la percepción de inseguridad y de los hechos de impacto que se generan en Zacatecas, principalmente en tres ciudades, Fresnillo, Guadalupe y la capital zacatecana, el estado se encuentra inmerso en una serie de conflictos que podrían generar una mayor inestabilidad.
En toda sociedad los gobernantes procuran el acuerdo político, económico o social entre las partes en conflicto, sobre todo para generar estabilidad en su período gubernamental, factor que es propicio para la convivencia entre los gobernados, para la seguridad de inversionistas y para la adquisición de bienes en una sociedad de consumo como la nuestra.
La estabilidad es parte o componente de la gobernanza y también un soporte que permite la legitimidad en el ejercicio de gobierno.
La confrontación solo genera incertidumbre, encono y en el peor de los casos, incredulidad en la capacidad de los funcionarios públicos para conciliar los intereses entre las partes en conflicto.
Lesiona también el Estado de derecho, principio jurídico básico que norma las relaciones en una sociedad organizada y civilizada.
Y es que en los últimos días se han generado conflictos, por ejemplo, por el paso del gas natural en la zona de Santiaguillo, donde ejidatarios inconformes rechazan este proyecto de infraestructura energética.
En la comunidad de Milpillas de la Sierra del municipio de Valparaíso, ejidatarios se oponen a la construcción de la presa que, dicho sea de paso, es el proyecto hidráulico más ambicioso de los últimos 20 años para el estado.
Por otro lado Ferromex retiro sus actividades de la estación ferroviaria de Cañitas de Felipe Pescador, estación que por muchos años constituyó el cruce de vías más importante en el estado, por lo que habitantes de ese municipio bloquearon las vías del tren.
En este contexto el gobierno estatal actual enfrenta distintas problemáticas en las que se encuentra involucrado directa o indirectamente, como es el caso de los problemas que se han generado por la falta de pagos en los municipios de Villanueva y de Ojocaliente. En el primero, los trabajadores bloquearon esta semana por un laso breve la carretera y en el segundo, la problemática es recurrente.
En la Universidad Pedagógica Nacional capus Zacatecas recientemente la directora, Teresa Cabral, renunció por el severo hostigamiento y agresiones de las que fue objeto por un grupo político-académico que tiene el control de la institución desde hace muchos años y que son parte estratégica del Movimiento Democrático del Magisterio zacatecano.
El gobierno del estado deberá aplicarse a fondo en estos temas no solo para evitar que los conflictos escalen, sino para transmitir seguridad y confianza a sus gobernados.