Por Fátima Ivette Gómez Vargas
Si aún no se identifican con este nuevo término, les aseguro que por lo menos un síntoma han presentado en los últimos años: nerviosismo, ansiedad y ganas de no querer conversar con los que están a tu alrededor son sólo algunos de los síntomas de este fenómeno, que, si bien aún no ha sido aceptado por los psicólogos a nivel mundial, no podemos negar que nos está invadiendo.
Por sus siglas en inglés, la Nomofobia significa NO MOBILE PHONE PHOBIA. Es decir, el miedo a no tener a la mano nuestro celular y casi casi no poder realizar ninguna actividad sin él. Y es que en menos de diez años los Smartphone pasaron de ser artículo de lujo a necesidad de canasta básica.
Gran parte de nuestras vidas las vaciamos en pequeños dispositivos que, sin lugar a dudas, nos hacen más fácil y placentera la vida. Tooodo este planeta cabe en nuestras manos y tenemos acceso a él 24/7. Hasta aquí no encontramos problema, peeeero ¿Qué pasa cuando no tenemos nuestro Smartphone a un lado de nosotros? Aquí los principales síntomas:
- Miedo irracional cuando se olvida el móvil en casa o en algún lugar donde no tenemos acceso inmediato.
- Ansiedad de saber que se nos va a acabar la batería/crédito y que no podemos resolver el problema en el instante.
- Sentimiento de aislamiento por no poder estar en comunicación con tus contactos y redes sociales.
Seguramente has experimentado alguno de estos síntomas y sí, se siente horrible! Ni siquiera sabemos de memoria los números de teléfono de nuestro círculo más cercano. Pero ¿Qué consecuencias reales puede llevar esta fobia? Aún no contamos con un estudio que nos ayude a entender este fenómeno; sin embargo, sí podemos decir que la consecuencia más importante de la NOMOFOBIA es sin duda perder el control sobre nuestra vida dependiendo al máximo de un aparato que nos marca el paso todo el tiempo y sin el cual nos sentimos incompletos, aislados, abandonados…
No sé a ustedes pero a mi me parece que debemos echar una miradita a nuestra propia persona y preguntarnos si sentimos alguna carencia de afecto, aceptación o validación en nuestra vida real. Que tal vez sea la razón de porque reflejamos esta necesidad en un aparato y aliviamos ese sentimiento al estar “en contacto” con un mundo virtual donde buscamos pertenecer, expresar y encontrar más personas afines a nosotros.
Los invito a hacer un pequeño ejercicio: asignen un horario de “encendido” y otro de “apagado” para su Smartphone, así como horario de oficina, tal cual. Así mismo, asignen un tiempo para alguna actividad personal y en solitario (leer, caminar o hasta sentarse en la banca de un parque) esto hará que administren su tiempo y sobre todo, que volvamos a valorar nuestra propia compañía. No hay nada más placentero que sentirse cómodo con uno mismo, disfrutar de un momento en solitario, de darnos cuenta que se siente bien escucharnos por un momento, saber cómo andamos y que nos está haciendo falta.
Toma nuevamente el control sobre cómo, cuándo y con quién mantener contacto. Recuerda que ningún like, mensaje o selfie sustituye nunca un abrazo, una mirada y la voz de una persona que te dice cuánto te quiere.