Poco se habla y se aborda analíticamente la actividad cultural gubernamental zacatecana en los medios de comunicación. Pareciera que su presencia es solamente testimonial, aunque a veces se ubica en los linderos de lo social.
La prensa en general no se ocupa de forma crítica y analítica sobre el proyecto cultural zacatecano, quizá por una falta de ponderamiento sobre su importancia o porque en definitiva, nos rebasa la problemática gubernamental, de inseguridad o política de nuestro entorno.
Pero ello no justifica que no atendamos el tema cultural que es reflejo de nuestra visión del estado y que conjunta, una de las actividades más trascendentes de todo gobierno, por el involucramiento social que ello comprende.
Sin embargo los gobernantes no dan la importancia debida al tema del desarrollo y promoción cultural, aunque ha habido muy pocas excepciones.
El tema cultural es llevado a los linderos del espectáculo y se ha alejado de la promoción de la vida cultural estatal y de la promoción de las actividades innovadoras artísticas, musicales, plásticas, que vienen a enriquecer esta expresión de nuestra sociedad contemporánea.
En la administración pasada se criticó desde la toma de protesta del gobernador Miguel Alonso a la “Cultura espectáculo”, pero no solo se cayó en lo mismo que se criticó, sino que se terminó haciendo de la promoción cultural una especie de actividad frívola, comercial y de aplauso fácil.
Los gobiernos han basado el éxito, por ejemplo, de los festivales culturales, en la contratación onerosa de artistas de éxito comercial y con el lleno de la Plaza de Armas, el sitio por excelencia de la realización de las actividades de este acontecimiento anual.
¿En qué momento de la promoción cultural estamos en Zacatecas?
El criterio no ha cambiado ni se ha modificado pero tiene un factor adicional:
Se realizan cambios en los museos más importantes y que albergan el patrimonio cultural más rico del estado, pero sin una explicación y menos, sin información sobre las medidas para aplicar relevos.
En algunos casos, como el museo Goitia, se cambia a la directora de amplia experiencia y trayectoria, pero también con una rica agenda de actividades museísticas que le han dado proyección a ese recinto cultural.
No es el único caso, otros espacios recientes experimentan la misma medida, como en la Ciudadela del Arte, en el Teatro López Velarde, el Museo Manuel M. Ponce, aunque en el Rafael Coronel no se pudo efectuar el relevo, no porque hayan valorado el trabajo de muchos años del director, que lo tiene,sino porque el propio pintor Rafael Coronel se opuso al cambio.
¿Por qué el director del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” no transparenta los motivos del cambio en los museos?
La ausencia de respuesta o de información motiva algunas explicaciones: quizá por rencillas personales; o para incorporar a “recomendados o recomendadas” carentes de una experiencia para dirigir a museos que forman parte de la riqueza cultural, pero que además exigen preparación, formación, capacitación para asumir esa responsabilidad.
En el ámbito cultural no se nota al “gobierno diferente”, tampoco un estilo o criterio de proyectar a la cultura a nivel nacional o internacional. Lástima, había una gran expectativa en el pianista Alfonso Vázquez Sosa, pero hasta este momento ha resultado ser más de lo mismo.