Por Juan Gómez
Director general de Pórtico
El tema de salud pública y en especial el del COVID-19 acapara preponderantemente la atención de la opinión publica mundial, a causa de su propagación en Europa y en los Estados Unidos, pero también por las medidas que los gobiernos han adoptado para contenerlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer este domingo que se han registrado 10 mil 982 nuevos casos de coronavirus en el mundo en un solo día, con lo que el número de infectados por esta nueva enfermedad acumula 153 mil 517.
De los nuevos casos registrados durante este domingo solo 27 corresponden a China, país de origen del coronavirus y que, de acuerdo a versiones periodísticas registra un ligero repunte. El resto, sobra decirlo, corresponde a los países que ya experimentan una propagación importante.
El impacto del brote del coronavirus en China lo generó no solamente el surgimiento de esta bacteria en Wuhan y su acelerada propagación, sino la forma de aislamiento estricto que hicieron las autoridades y la construcción de dos hospitales en tan solo dos semanas.
No es la única ocasión que este país asiático logra una proeza de esta naturaleza. La primera vez que construyó un centro hospitalario en tan solo seis días fue en el año 2003, debido al brote del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave, por sus siglas en inglés) que provocó la muerte de 800 personas y que se propagó a una docena de países.
Por cierto que el modelo de dicho hospital Xiaotanshan que se habilitó en Beijin en 2003, sirvió para la construcción del que se concluyó en dos semanas en Wuhan.
El gobierno chino tomó decisiones rápido. El 23 de enero inició la planeación para la construcción del mencionado hospital y en la noche de ese día llegó la maquinaria para empezar aplanar el terreno. A las 7:00 horas del día 25 empezó la construcción. La estructura prefabricada se ubicó en un terreno de 25 mil metros cuadrados. El aislamiento social también inició rápido.
Hasta el viernes pasado se habían registrado 160 mil contagios y 3,203 muertes por el COVID-19 por esta nueva cepa que se propaga en más de 140 países.
Después de China el número de más contagios se registra en Italia con 24 mil, país que tiene el mayor número de muertes en Europa, y en segundo lugar se ubica España con más de 7 mil contagiados.
En el continente americano el país más preocupante es Estados Unidos (USA) que acumulaba 2,952 casos y 63 muertes, por lo que suspendió los vuelos procedentes de Europa con excepción del Reino Unido en este mes, y declaró emergencia nacional.
Este fin de semana en México se disparó la información sobre los casos de contagio. La Secretaría de Salud del gobierno federal dio a conocer 53 casos confirmados por coronavirus, lo que representa 12 confirmaciones más por contagio en un solo día. Se analizan 176 casos sospechosos y se han realizado 482 pruebas que resultaron negativas.
El escenario de atención por las medidas por la nueva cepa dieron un viraje el fin de semana. El secretario de Educación Pública (SEP) Esteban Moctezuma Barragán, dio a conocer en conferencia de prensa la suspensión de clases en nivel básico, medio superior y superior a partir del 20 de marzo y con fecha tentativa de regreso a las aulas el 20 de abril, lo que aceleró la toma de decisiones en otras instituciones de educación superior del país.
El receso obedece a la protección no solo de los niños y adolecentes sino de toda la comunidad, argumentó el secretario, pues también se suspenden todos los eventos cívicos y deportivos.
Previo a esta decisión distintos medios de comunicación presionaban al gobierno federal para que tomara decisiones de atención al control epidemiológico en el país, pues hasta hace apenas unos días, daba la apariencia de considerar la gravedad de la situación que se vive, puesto que distintos organismos deportivos, sociales, de espectáculos e instituciones de educación superior, ya habían suspendido actividades masivas en el ámbito internacional.
El primer anuncio gubernamental fue la postergación del tianguis turístico de Acapulco, lo que empujó a la SEP a tomar la decisión de anticipar la suspensión de actividades escolares previo al período vacacional de Semana Santa.
El gobierno chino tomó medidas rápidas que a los ojos del mundo occidental parecieron autoritarias, pero ha logrado contener el contagio del COVID-19 cuya característica es su propagación acelerada.
La República Popular China acumula experiencia, aprendió la lección del SARS del 2003 y otras que le han heredado distintas crisis que ha sufrido este milenario pueblo a lo largo de su historia.
En México pareciera que no aprendemos del pasado y que el olvido nos hace cometer muchos errores.
Recordemos lo que sucedió en abril del 2009 cuando se detectó la influenza en nuestro país, motivo por el cual el 22 de abril la SSA emitió una alerta nacional para dar a conocer la muerte de 20 personas por el virus AH1N1 motivo por el cual, se suspendieron las clases y pidieron a la población no ir a bares, restaurantes, cines, lugares públicos donde hubiera concentración de personas.
Los mexicanos éramos discriminados por ser posibles portadores del virus e incluso, los Estados Unidos recomendaron a sus connacionales no viajar a nuestro país.
La economía interna fue golpeada seriamente por los efectos de este padecimiento y la Bolsa Mexicana de Valores cayó 3.35% y el dólar se registró en $14.10.
Los efectos económicos hoy se vislumbran con una mayor gravedad debido al cero crecimiento que hemos registrado en los últimos dos meses, y a la falta de confianza en nuestra economía nacional.
Los efectos del Peso Mexicano han sido muy fuertes al registrar en días pasados su nuevo máximo histórico de 22.13 pesos por dólar, aunado a la baja en la demanda del barril de petróleo crudo para exportación que cayó en 9.06% al cotizar el jueves pasado en 23.58 dólares por barril.
Estos y otras repercusiones en lo referente a salud pública, economía y confianza podrían agravarse si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no toma decisiones oportunas y rápidas.
Al tiempo.