El presidente nacional de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, adelantó que el próximo 5 de noviembre llegarán al Distrito Federal las caravanas de productores de frijol de los estados de Zacatecas, Durango y Chihuahua, así como los maiceros de Sinaloa y el Bajío, además de los productores de Sorgo de Morelos y Guanajuato, en demanda de un mejor precio a las gramíneas básicas.
La maquinaria agrícola y el ganado volverán a caminar por el Paseo de la Reforma y se instalarán en la Secretaría de Gobernación, en donde darán a conocer la demanda única: el pago justo por sus productos y terminar con los altos precios de la canasta básica que sacrifica los ingresos de millones de consumidores mexicanos.
Ramírez Cuéllar mencionó que el mercado agroalimentario debe ser reordenado y el Estado mexicano debe intervenir como regulador y participar como competidor para superar el control oligopolico en las cadenas de acopio, comercialización y ventas al menudeo.
Añadió que los precios de los granos y productos agrícolas se han desplomado y que las cosechas son abundantes gracias a las bondades de las lluvias y los inventarios son suficientes.
“Las inversiones especulativas se han trasladado hacia las mayores ganancias de un dólar fuerte. La demanda para producir etanol se ha reducido. El consumo se debilita por los altos precios al consumidor y la debilidad de los mercados internos. Es, nuevamente, la apertura de una etapa dominada por la crisis de los precios de las materias primas y de la ruina de de los precios al productor. Puede ser un ciclo de mayor pobreza del productor agrícola”, justificó.
El presidente de El Barzón señaló que las caravanas tienen justificación porque “el maíz de desploma desde los 5 mil pesos en 2011 a menos de 3 mil pesos en la actualidad con el agravante de que en el 2014 se consiga a 2300 pesos por tonelada. Pero el precio de la tortilla se quedó arriba con precios entre 12 y 17 pesos el Kg. Según la región del país”.
En ese contexto indicó que los frijoleros están recibiendo entre 6 y 7 pesos por cada kilogramo cuando sus costos de producción llegan hasta 7.50 pesos y en los anaqueles el producto se consigue por arriba de los 19 y 20 pesos. Los productores de sorgo se muestran incrédulos al observar el desplome del precio de 4000 pesos por tonelada y sólo recibir poco más de 2000 por una tonelada de su producto sin que ello signifique la reducción del precio de la leche o de la carne.
“La caída de los precios de los granos es ya una situación de emergencia. El Estado debe de intervenir. Pero ahora se encuentra pasmado. Sin reaccionar. No quiso intervenir en la crisis de los precios de los alimentos desatada en el 2007 y las consecuencias se presentaron con un incremento del número de mexicanos en pobreza agravados por las carencias en materia alimenticia”, dijo.
Es por eso, mencionó, el gobierno dejó todo al libre juego de las fuerzas del mercado y lejos de aprovechar la oportunidad para poner orden en un mercado donde priva la ley de la selva permitió que se consolidara un grupo pequeño de empresas que tienen la capacidad de coludirse y fijar precios al productor e imponer rentas monopólicas al consumidor a través de sobreprecios que afectan más a la gente y las regiones pobre y a la clase media de las zonas urbanas.
Pero el ciclo de desplome de precios de granos y materias primas es aún más peligroso que lo que vivimos en la década pasada. Por ello se hace más urgente y necesaria la presencia del Estado como regulador, inversionista y también como competidor, precisó.
Finalmente Ramírez Cuéllar dijo que lo más grave es que en los sectores gubernamentales vuelve a cobrar fuerza la vieja idea de que lo más conveniente ante el escenario de precios bajos de granos, lo más recomendable será intensificar la política de importaciones aún a costa de un nuevo desmantelamiento de la producción y del mercado nacional de alimentos. Es la vieja política que ha costado la ruina de las familias de productores y la mayor dependencia del país en materia alimentaria.
Bajo el pretexto de que las importaciones crecientes de granos y alimentos baratos del exterior bajarán los precios al consumidor el gobierno ha entrado en una especie de agro-escepticismo y se ha inmovilizado frente al abuso de de los grandes comercializadores.
Las CARVANAS que volverán a llegar al Distrito Federal el día 5 de Noviembre están demandando cinco exigencias:
PRIMERO: Que sea el Estado Mexicano el que llegue antes que los coyotes a la parcela de los productores para evitar las ventas de desesperación y garantizar el pago justo a los productores de frijol, de maíz, trigo, sorgo, café, leche y arroz.
SEGUNDO: La creación de una empresa del Estado Mexicano que participe en el acopio y la comercialización, sea garante de reservas de alimentos y construya un sistema nacional de compras públicas para satisfacer la demanda de las instituciones gubernamentales como el ejercito, los reclusorios, la policía, los DIF, los desayunos escolares y la satisfacción de las demandas de las comunidades rurales y zonas urbanas que son la base de los programas alimentarios y el combate a la pobreza.
TERCERO: Establecer metas de producción 2014-2018 y plasmarlos en cada uno de los presupuestos federales y estatales para garantizar la producción nacional y reducir la dependencia en muchos de los productos alimenticios. Terminar con el desorden y la anarquía en las siembras y crear la Comisión Nacional de Planeación y Producción Alimentaria presidida por el Ejecutivo Federal. Definir los Polígonos de Producción emergente para garantizar mayores niveles de productividad y permitir el desarrollo de nuevas regiones de alta producción alimentaria. Garantizar la transformación del PEC para lograr que el 50% del presupuesto sea destinado a inversión en bienes públicos de carácter productivo.
CUARTO: Creación de un Banco Nacional de Fomento Agropecuario, Pesca y Desarrollo Rural para que el país tenga la posibilidad de emprender una política agresiva de financiamiento que permita elevar la producción y la productividad agrícola.