En el sumario de un documento de 111 hojas, se señala que en atención a que no existe prueba alguna que permita tan siquiera poner en duda la imparcialidad, la ética, la disponibilidad de servicio y el sacrificio que implicó hacerse cargo de un proceso electoral complejo por el tipo de actores y electores, asi como por la fuerte critica que a diario se formulaba, el agravio de nulidad y apelación interpuesto por Alfredo Salazar de Santiago, ex candidato a la rectoría, deviene en infundado, inoperante insuficiente e improcedente para modificar y revocar la resolución.
“Estamos convencidos que durante su desarrollo y hasta el final, se ha garantizado la autonomía, la certeza, la legalidad, independencia, objetividad, equidad y transparencia”, leyó secretario general de la UAZ, Juan Francisco Valerio Quintero.
El resolutivo se aprobó con 42 votos a favor, 5 en contra y 1 abstención.
Tras leer el dictamen, la CEU solicitó al Consejo Universitario, se sirva extender “sendos llamados de atención y autocrítica”, primero a Alfredo Femat Bañuelos, ex rector de la universidad, militante destacado del Partido del Trabajo y candidato a diputado federal del mismo, por su innegable intervención e influencia política a lo largo del proceso mencionado.
Segundo a Francisco Domínguez Garay, porque siendo la persona más obligada a resguardar la institucionalidad, operó como el gran promotor de la candidatura de un compañero a la rectoría, llegando incluso a signar en tiempos claramente improcedentes un convenio con una organización estudiantil, cuya principal razón de ser fue la promoción de la citada candidatura y si bien lo hizo a titulo de testigo, el propósito público y confeso del convenio de referencia introdujo una percepción distorsionadora del proceso electoral.
Tercero a Rogelio Cárdenas Hernández, ex rector y ex maestro universitario, en este caso se trata de una declaración de rechazo a una ingerencia externa porque no siendo más universitario al haber ejercido su derecho a la jubilación años atrás, desplegó una notoria actividad negociadora entre los universitarios para erigir una candidatura a rector y promover esta durante la campaña, “su conducta no se ciño por tanto a la de un simple observador, opinante y respetuoso del proceso desde fuera”, señala la Comisión Electoral.
La CEU, finaliza su exhorto haciendo votos porque el Consejo Universitario implemente mecanismos para que en el futuro estos y otros comportamientos similares no perturben la convivencia y armonía en la UAZ.