Por Elena Anatolievna Zhizhko
En el siglo XXI, la educación profesional exige una enseñanza basada en competencias, donde las competencias comunicativas textuales de lectura, escritura, expresión oral y escrita, comprensión y capacidad de análisis, síntesis, formulación de una opinión crítica sobre el discurso verbal o escrito, juegan un papel fundamental. Además, el dominio de la competencia comunicativa, es una de las principales condiciones para que los profesionales tengan éxito en el mundo de hoy.
Sin embargo, ¿qué es competencia comunicativa textual? Por ejemplo, Chomsky (1964) diferenciaba las competencias lingüística, ideológica, comunicativa, enciclopédica, poética, hermenéutica, metodológica. Para él, la competencia lingüística es habilidad para adquirir lengua materna.
El concepto de la competencia comunicativa fue acuñado por Gumperz y Hymes (1964), y se trataba de la competencia lingüística unida a la competencia pragmática que resultaba en el saber cuándo hablar, cuándo no, de qué hablar, con quién, dónde, en qué condiciones, etc. Se concretaba en la capacidad para comprender y producir discursos (actividad de comunicación que tiene como resultado unidades de sentido, textos adecuados, coherentes y cohesionados).
Por otro lado, Gaetano Berruto (1979) consideraba que la competencia comunicativa es una capacidad que comprende no solo la habilidad lingüística-gramatical (de producir frases bien construidas) o saber interpretar y emitir juicios sobre las frases producidas por el hablante-oyente o por otros, sino que necesariamente consta de una serie de habilidades extralingüísticas interrelacionadas, sociales y semióticas, así como lingüísticas polifacéticas y multiformes.
Canale y Swain (1980) distinguían los siguientes componentes de la competencia comunicativa: la competencia gramatical (conocimiento del vocabulario, las reglas fonológicas, morfológicas y sintácticas), la sociolingüística (las normas de uso del lenguaje), la estratégica (habilidad de manipular el lenguaje, utilizando mecanismos verbales y no verbales) y la discursiva (habilidad de comprender y construir los discursos).
A su vez, Halliday (1982) se refería a la competencia comunicativa como conjunto de las habilidades de la persona para describir, instrumentar (satisfacer las necesidades materiales); regular (ejercer el control del comportamiento); interaccionar (asegurar la relación social, mantener y consolidar el contacto, delimitar el “yo” y el “tú”); expresar sentimientos, emociones; explorar la realidad, adquirir los conocimientos, aprender; imaginar (crear mundos imaginarios, explorar la realidad); representar (informar sobre los procesos, las personas).
Asimismo, según Jakobson (1988), la competencia comunicativa cumple con las siguientes funciones: descriptiva referencial (hace referencia a los objetos del mundo); emotiva (da cuenta del mundo del emisor); conativa (llama la atención del receptor); fática (mantiene el contacto entre los interlocutores); metalingüística (hace referencia al lenguaje, conocimientos acerca de la lengua); poética (reelabora las formas del mensaje). Para Bachman (1990), esta competencia se compone de las competencias lingüística, estratégica, pragmática, organizativa, ilocutiva y el dominio de los mecanismos psicofisiológicos.
A decir de Girón y Vallejo (1992), poseer la competencia comunicativa implica dominar las aptitudes y los conocimientos para utilizar sistemas lingüísticos y extralingüísticos que están a su disposición para comunicarse de forma escrita y oral como miembro de una comunidad sociocultural dada. Se trata de la comunicación literaria, científica, técnica, sociopolítica, jurídica y de comunicaciones no verbales (las artes visuales o mixtas como el teatro). Estas competencias forman parte tanto de las competencias básicas como de las genéricas.
A su vez, Arango (2005) define estas competencias como formas mediante las cuales el sujeto puede establecer interacciones con otras personas y con su entorno, partiendo de un previo reconocimiento de su ser. La competencia comunicativa exige no solo la habilidad para manejar una lengua sino además saber situarse en el contexto comunicativo de cada comunidad específica, en sus diversas formaciones sociales, culturales e ideológicas.
De manera que la competencia comunicativa encierra una serie de habilidades, conocimientos y destrezas subyacentes que hacen posible la actuación del sujeto en los intercambios sociales. Esta competencia articula en si la competencia lingüística y otras de orden sociocultural, logrando la unión del saber de la persona sobre las reglas lingüísticas con otra serie de conocimientos, que se manifiestan en su saber hacer con la lengua.
La competencia comunicativa lingüística se relaciona con la adquisición y desarrollo del lenguaje, el sistema de símbolos articulados que permiten el entendimiento entre las personas, porque se respalda en una convención social previa. El concepto de la competencia lingüística tiene que ver con las leyes fonológicas, morfológicas y sintácticas que rigen las relaciones entre los términos de la lengua.
Además de la competencia lingüística-semiótica, el hablante a la hora de hacer uso de la lengua, dispone de otros conocimientos, habilidades y destrezas: sociolingüísticos, psicolingüísticos, extralingüísticos, metalingüísticos, un conjunto infinito de elementos adicionales que acompañan al lenguaje (escrito u oral), y que ayudan a complementarlo.
Una de las competencias extralingüísticas que responde por la habilidad de producir y comprender los textos escritos, es la comunicativa textual y se determina como “[…] la capacidad para articular e interpretar signos organizados en un todo coherente llamado texto” (Girón, Vallejo, 1992, p. 20). El dominio de esta competencia implica la adquisición de varias competencias comunicativas: lingüística-semiótica, pragmática, paralingüística, estratégica, descriptiva referencial, representativa, organizativa, ilocutiva.
El desarrollo en los estudiantes de la competencia comunicativa textual les permite el adecuado manejo de las herramientas para la creación o comprensión de distintos textos profesionales especializados. El dominio de la competencia comunicativa textual supone el uso de la lengua en forma de enunciados escritos concretos y singulares que pertenecen a los participantes de una u otra esfera de la praxis humana. La adquisición de esta competencia prevé una preparación rigurosa del estudiante con el apoyo del docente. ¿Qué estrategias específicas podrían servir al docente para el desarrollo exitoso en sus alumnos de las competencias comunicativas textuales?
Hay que coordinar las acciones de enseñanza para que la programación de las actividades de lectura conlleve a los estudiantes a realización de las actividades de escritura. Por ejemplo, la lectura informativa se combina con la formulación escrita de la idea del texto leído, los apuntes de datos principales, la composición del resumen, la elaboración de las características de los objetos, la redacción de su propia opinión de lo leído, el ensayo.
Por otro lado, hay que crear los textos didácticos con los cuales trabajará el estudiante, enriqueciendo su bagaje léxico, imitándolos, reproduciéndolos y adquiriendo las habilidades de lectura y escritura. Así como elaborar el sistema de ejercicios (de entrenamiento y de producción) que desarrollen las habilidades del lenguaje escrito: ejercicios imitativos, de complementación, transformación, elección, construcción, combinación, abreviación, ampliación. Los ejercicios de producción son aquellos que enseñan a transmitir las ideas y la información por escrito, desarrollan las habilidades de expresión escrita. Los tipos de ejercicios de producción son los siguientes: reproducción escrita de microtextos; elaboración del mapa conceptual de un texto leído en forma de preguntas; elaboración de títulos de las partes de un texto; interpretación escrita de un texto; recapitulación del texto; compendio; resumen reseña; ensayo, etc.).
De manera que para el desarrollo exitoso en los estudiantes de las competencias comunicativas textuales, el docente debe tomar en cuenta que su adquisición involucra el dominio del estilo discursivo complejo y especializado (académico profesional); prevé obligada apropiación de otras competencias comunicativas: la lingüística, la pragmática, la paralingüística, la estratégica, la descriptiva referencial, la representativa, la organizativa, la ilocutiva; su enseñanza requiere de una cuidadosa preparación previa: selección del estilo funcional de la lengua como medio de comunicación profesional y articulación alrededor de él de diferentes formas de aprendizaje efectivo y práctico; elección de los textos didácticos; coordinación de las acciones de enseñanza de lectura y escritura; elaboración de los ejercicios de interpretación, paráfrasis, comentario, anotaciones, recapitulación, acotamiento, descripción del contenido, mapas conceptuales, compendio-resumen, etc.