Por Emilia Recéndez Guerrero
La presente reflexión se deriva del análisis efectuado a los periódicos de la segunda década del siglo XX y es parte de un proyecto de investigación de largo aliento, que tiene dos objetivos: por una parte, hacer la historiografía de la prensa en Zacatecas y por otro, hacer visible el largo trayecto que las zacatecanas recorrieron para arribar al mundo de las letras. Primero fueron ávidas lectoras, posteriormente escribieron desde lo privado: la sala, la recamara, la cocina, cualquier espacio que les permitiera expresar en un papel, lo que pensaban, lo que creían, a lo que aspiraban; más tarde, buscaron un espacio para publicar sus escritos, y la prensa fue esa ventana por donde asomaron al espacio público. Por cuestión de tiempo, narraré brevemente su participación en el periódico Orientación, uno de los que brindaron a las mujeres la oportunidad de publicar sus escritos.
El periódico Orientación es uno de los que más vida tuvo en Zacatecas, fue registrado como artículo de 2ª. clase el 23 de Enero de 1926 y circuló continuamente durante 9 años hasta 1937. Su formato era gran tamaño y contaba con 4 páginas al principio, a partir de mayo de 1927, contó con 8, porque se incluyó una sección de retrograbado que permaneció por dos años. Al principio solo se editaba los sábados, a partir de 1928, circulaba también los miércoles. Del análisis que se hizo se puede decir que el periódico, cumplía con los requisitos que la modernidad vigente exigía a la prensa “ser una fuente de información de primer orden, insoslayable porque presenta; desde la información política hasta la económica, y desde la difusión cultural hasta el ensayo literario, incluyendo los gustos y las modas, los debates del momento; todo el conjunto de una época”.[1]
En cuanto a su contenido, en la primera página se ubicaban noticias diversas de lo que ocurría en Zacatecas o a nivel nacional sobre: política, educación, economía, salud, o noticias alarmantes, como algún asesinato. En la segunda página: un recuadro en la parte superior derecha daba la información con los datos sobre el periódico: editor, consejo, etc., y en seguida la sección literaria que ocupaba la mayor parte de la plana, titulada: “Panorama de las letras”, subdividida en varias secciones: Un cuento para el hogar, poesías, prosas selectas, pinceladas de provincia, la letra de una canción (distinta en cada ejemplar). La sección editorial se ubicaba en la p. 3, se continuaban algunas noticias de la p. 1, luego una sección con artículos sobre salud, temas históricos, sección comercial, diversos anuncios, productos de oferta, sección de humorismo y en la página 4, se terminaban las notas que habían quedado pendientes y el resto de anuncios.
En el análisis que se hizo a todos los ejemplares de Orientación, encontramos la primera publicación firmada por una mujer el 18 de marzo de 1927, se trata de una reflexión en prosa titulado: “El enemigo” de Carmen Silva. En ese año se publicaron tres escritos más de mujeres, un cuento, y dos poesías; durante 1928 y 29 se multiplicaron las publicaciones de autoría femenina (18 ), posteriormente en 1930, disminuyen nuevamente.
Los escritos femeninos: breve análisis
Las poesías y escritos femeninos[2] publicados en el Periódico Orientación permiten decir que algunas mujeres, estaban a la par de muchos varones en conocimientos y cultura, pues considerando las reflexiones de Cristina Ruíz, en aquellos tiempos “los periódicos se nutrían de colaboraciones de personas cultas, y frecuentemente estos textos que se publicaban en la prensa, eran literarios”.[3] Es el caso de las publicaciones femeninas en Orientación, todas son literarias: poesía, cuento, prosa.
Hay que considerar que fue la literatura, la primera disciplina que les permitió acercarse al ámbito de las letras y la cultura, e igualmente al espacio público, porque como señala Susan Kirkpatrick “La práctica de la lectura y la escritura como actividades íntimas otorgó a las mujeres un terreno privado, donde podían consumir y hacer suyos los nuevos conceptos, ideales y nueva filosofía, asociados a la privacidad; escribiendo desde lo privado ellas pudieron salir e intervenir en la esfera pública, utilizando como medio la prensa”.[4]
Sin embargo, el acceso de las zacatecanas al mundo literario, no fue fácil, ya que no contaban con una tradición discursiva propia, quizá a eso se debió su ingreso tardío a las publicaciones. Aunque a fines del siglo XIX (como se ha dicho en otros trabajos) se publicó una antología de poesías escritas por algunas zacatecanas,[5] eso no era suficiente para hablar de una tradición discursiva. Las tertulias que se realizaban desde el siglo XIX y principios del XX, fueron también un espacio donde ellas ampliaron sus conocimientos y cultura, sin embargo, ese avance se vio interrumpido por la Revolución Mexicana, que fue una ruptura en todos sentidos: político, económico, social, educativo, y afectó a la mayor parte de los sectores sociales, sobre todo a los más desprotegidos como las mujeres. Así observamos que desde 1910 hasta 1917 las mujeres quedaron invisibles en la prensa zacatecana.
A partir de la segunda década del siglo XX, se retomaron los proyectos de reconstrucción del país y la educación fue considerada prioritaria a fin de salir del atrasó, en dichos proyectos se fue incluyendo a las mujeres y la prensa también las consideró, pero fueron pocas, las mujeres que pudieron acercarse a la publicación de sus escritos, ya que, como dice Nina Scott solo aquellas que eran “bien educadas”,[6] aquellas que gozaban de una situación socioeconómica desahogada, mujeres de la clase media alta o alta.
La revisión de los diversos escritos femeninos, permite decir que por lo menos en las zacatecanas no había un canon de escritura femenina, ellas crearon sus poesías, sus cuentos o narraciones en prosa, siguiendo las pautas masculinas; tal afirmación se deriva de las comparaciones entre los escritos de hombres y mujeres donde no se localizan marcas femeninas, más no por eso se demeritan sus creaciones.
Hay que considerar que cuando las mujeres publicaban, debían estar bien preparadas, a fin de superar la censura. Así mismo, las zacatecanas que escribieron tomaron ejemplo, de mujeres de otros lugares, y fueron los mismos periódicos quienes les proporcionaron esos elementos, porque en ellos se publicaban poesías o reflexiones en prosa de mujeres famosas como: Gabriela Mistral, Juana Ibarbouru, Rosario Sansores, Esperanza Zambrano o Catalina D Ersell[7], mujeres reconocidas por su prolífera producción literaria y porque algunas participaron en la política. En los periódicos pocas ocasiones se les daba identificación, solo vienen sus nombres (era igual para los varones). Hubo algunos casos especiales como el de Elsa Rodríguez, donde el primero de septiembre de 1928, le publicaron 3 poesías cortas y la identifican como “Exquisita poeta Oaxaqueña”.
Los escritos publicados en el periódico Orientación provenientes de las plumas femeninas son de temas varios, hay alusión a la naturaleza, al amor filial, a la muerte, a la vida, al dolor, a la educación. En la mayor parte de los poemas, se observa que las voces femeninas, aluden principalmente al “amor” en sus diversas tonalidades y matices: “amor casto, amor a la vida, amor a la naturaleza, amor filial”.[8] Amor entre un hombre y una mujer, y sus consecuencias, como el sufrimiento, el abandono, la nostalgia, el sacrificio.
Las voces femeninas aluden también a la soledad, al deseo de libertad, y develan los conocimientos que ellas adquirieron mediante la lectura, pues como dice Esther Tusquetes: “El acceso a la lectura, que es la principal puerta de ingreso al mundo de la cultura, supuso un gran avance para la mujer, como para cualquier colectivo étnico o social en posición de desventaja y de dependencia. La lectura les dio mayor confianza en su propio valer, las hizo más autónomas, les abrió nuevos horizontes”.[9]
De todos los escritos publicados en Orientación, de autoría femenina solo una es de corte patriótico nacionalista, de Refugio García viuda de Espejo, quien proporciona su estado civil “viuda” y dedica su poesía a su tierra natal El Teul, en un recuadro del periódico se escribió: “Ofrecemos hoy a nuestros lectores los versos inéditos que dedica al Teul, su tierra natal, la escritora zacatecana Refugio García de Espejo. La dama aludida, amante de las letras y cariñosa con el terruño es de las primeras profesoras que se titularon en la Escuela Normal citadina. Pertenece a la familia del héroe nacional Gral. Don Jesús González Ortega y tuvo por esposo al exinto Ing. Pedro Espejo, persona muy conocida y estimada en esta ciudad, actualmente, la señora viuda de Espejo trabaja como Catedrática en la Escuela Nacional de Ciegos, y está escribiendo una Historia Anecdótica de México, que pronto llevará a la prensa”.[10] La aclaración permite afirmar que la mayor parte de las mujeres que pudieron escribir y publicar sus escritos pertenecieron a sectores socioeconómicos privilegiados, además de que en muchos casos eran consideradas por ser la mujer “de” algún hombre destacado. Por supuesto también escribieron y publicaron algunas por su propia cuenta y sin recomendación.
Consideraciones finales
El análisis de los escritos femeninos publicados en Orientación, permite decir que algunas mujeres se encontraban en una etapa en ciernes de creación literaria y publicación, de ahí el uso de algunos seudónimos o nombres incompletos como: Fanny, Mirtila, Hada Hipatia. Otras, mencionadas en párrafos anteriores, eran muy conocidas, pero no zacatecanas. Indudablemente quienes hicieron oír su voz mediante la publicación de sus poemas o cuentos, no pretendían vivir de su pluma, escribieron por gusto, para desahogar sus sentimientos, expresar sus pensamientos, y quizá, buscando el reconocimiento de la sociedad letrada, por eso acudieron como colaboradoras a los periódicos. El discurso de estas mujeres es sentimental, trágico, amoroso o melancólico; eso permite diferenciar sus escritos de los de los hombres, que son más agresivos, sensuales, menos tiernos o más patrióticos. Es importante valorar los escritos y publicaciones de las zacatecanas de aquellos tiempos ya que el ejercicio continuo de la escritura les permitió avivar su imaginación, activó su memoria, les generó nuevas habilidades, desarrollo en ellas la perseverancia para alcanzar sus metas, en fin, les animó a continuar leyendo y escribiendo, a conocer mejor el mundo en que vivían y ampliar con ello la incipiente cultura femenina, al acercarse cada vez más al mundo de las letras, con ello abrieron camino a otras mujeres.