Por Juan Gómez
Director general de Pórtico
La recolección de basura en Guadalupe es un conflicto creciente al que se le han buscado distintas opciones de solución, aunque en la actual administración municipal, es una crisis recurrente que está ahogando al actual edil, Julio César Chávez Padilla, quien ha mostrado una gran ineficiencia para resolver la problemática.
La presente es la segunda crisis que enfrenta el alcalde de Morena. La primera fue al inicio de su trienio, cuando dejó de pagarle la quincena a los trabajadores del departamento de Limpia, quienes paralizaron las actividades y generaron un serio problema de recolección.
En aquella ocasión el alcalde se puso los guantes y se fue a la calle a recolectar basura, aunque en realidad solo lo hizo para tomarse fotos y videos y no para resolver un problema poniendo el ejemplo.
El conflicto se resolvió cuando recibió un recurso extraordinario, pero el problema lo llevó a tomar la decisión de privatizar el servicio.
En una mala copia de lo que ha hecho el presidente López Obrador, el alcalde anunció la aplicación de una encuesta para que la ciudadanía decidiera privatizar o no el servicio. El resultado fue que votaron 10 mil personas de una población de 220 mil habitantes.
Supuestamente la resolución era en el sentido de aprobar la privatización del servicio.
Pero la decisión ya estaba tomada con mucha antelación. Chávez Padilla ya había decidido.
El 17 de octubre, Francisco Javier Soria Hernández, director de los Servicios Públicos del ayuntamiento de Guadalupe, había enviado un oficio al tesorero municipal, Alejandro Zapata Castañeda, en el que le informaba con preocupación el incremento exponencial de la población en 8% en el municipio, al pasar de 187 mil habitantes a 207 mil, así como el aumento en 16 colonias más en el lapso de 2015 a 2018, lo que a su vez demanda más personal, unidades de recolección de desechos sólidos y un mejor servicio público.
En el documento de marras el director de los Servicios Públicos de Guadalupe informaba la existencia de solo 26 unidades de recolección de basura, muchas de ellas en malas condiciones y que requerían sustitución, ya que algunas son del modelo 1999, 2003, 2004 y las más recientes son del 2007, por lo que demandaba una inversión o bien, “si resulta viable, la contratación de la prestación del servicio público de recolección de residuos sólidos en donde solamente se pagaría la prestación de dicho servicio sin la necesidad de invertir en la compra de unidades”.
Una semana después, el 25 de octubre, el director de Servicios Públicos del municipio, envío un oficio al alcalde en el que ya de plano le dice: someto a su alta consideración la posibilidad de que se someta al Comité de Adquisiciones de este H. Municipio la propuesta de licitar el servicio de recolección de servicios sólidos (basura) a fin de atender las 36 rutas urbanas y rurales en las que se ha seccionado al municipio para la recolección, adjuntando al presente la ficha técnica que permita al comité que usted preside, valorar la propuesta de contratación que se propone, permitiéndome exponer ante usted los requerimientos básicos de la propuesta.
Y de inmediato se publicaría la convocatoria No. ADQ/DIRSERVPUB/001/2019 con el siguiente encabezado: LICITACIÓN PÚBLICA PRESIDENCIAL DE CARÁCTER NACIONAL, en la que se especifica la modalidad: Contratación del servicio de recolección de basura para el municipio de Guadalupe, Zacatecas. Origen de los recursos: recursos propios. El documento especifica las bases de los interesados.
Y el 22 de noviembre se da a conocer el acta del fallo a favor de la empresa Trash recolección integral de residuos sólidos S.A. de C.V. quien habría presentado la propuesta más económica, en cambio la empresa Importadora y exportadora de equipo municipal, S. A. De C.V. cuyo monto anual fue por 47 millones 606 mil 400 pesos, fue considerado excesivo el costo.
En cambio la adjudicación de la contratación se hizo a la empresa Trash debido a que propuso 650 mil pesos por 52 semanas, lo que arroja la cantidad de 33 millones 800 mil pesos, o sea, 13 millones 806 mil 400 pesos menos que el otro postor.
Entre estas negociaciones intramunicipales los trabajadores del departamento de residuos sólidos estuvieron al margen. Lo único que los inquietó fue la encuesta y su resultado, por lo que la semana pasada decidieron suspender labores y tomar la presidencia municipal, mientras que los llamados pepenadores, bloquearon el acceso al relleno sanitario, al que convergen los camiones recolectores de basura de los municipios de Guadalupe, Zacatecas, Morelos y Vetagrande, lo que generó la crisis.
El problema le reventó en las manos al alcalde guadalupense pero en las consecuencias del conflicto, se llevó entre las patas a los alcaldes de los otros tres municipios.
Julio César Chávez quiso solucionar el problema nuevamente con la simulación de salir a recoger basura a la calle, pero la crisis lo rebasó. Y al no tener un lugar donde arrojar las toneladas de basura arriba de los camiones, las descargó en un lugar clandestino, con lo que no solamente generó un problema de salud ambiental, sino que sería multado la Procuraduría del Medio Ambiente del estado.
Los alcaldes de Zacatecas, Vetagrande y Morelos negociaron con los penenadores y trabajadores, quienes les permitieron vaciar sus unidades recolectoras de desechos sólidos, pero el alcalde de Guadalupe, aún no resuelve el conflicto.
El presidente municipal tiene ahora no solo un problema administrativo, sino también político, puesto que su partido y la fracción parlamentaria de la LXIII legislatura, no están de acuerdo con la medida de privatizar el servicio de limpia, lo que va en contra de la política social de Morena.
¿Cuáles son los antecedentes de la empresa Trash?
Al tiempo.