A un año de que la masacre en una primaria de Newtown, Connecticut, provocara un amplio debate sobre el control y la posesión de armas en Estados Unidos, el país todavía no cuenta con una legislación al respecto.
Con el primer aniversario luctuoso del tiroteo -en el que murieron 20 niños y seis adultos, además del autor del ataque y su madre-, el debate sobre el tema volvió a aparecer, junto con los llamados al Congreso para que actúe.
La Fundación Newtown, dedicada al combate de la violencia de las armas y creada después del tiroteo en la escuela Sandy Hook, organizó una vigilia el jueves en la Catedral Nacional de Washington, donde varios oradores llamaron a la acción legislativa.
Se estima que la violencia de las armas ha cobrado la vida de unas 32 mil personas desde el tiroteo del 14 de diciembre de 2012.
El líder del Senado, Harry Reid, lamentó por su parte que en el aniversario de la tragedia ese órgano legislativo no haya aprobado una legislación para prohibir las armas de asalto y limitar el número de balas en los cartuchos.
Se dijo “orgulloso” de que la bancada demócrata en la Cámara Alta haya “luchado este año para asegurar que podamos mantener las armas lejos de las manos de delincuentes y de personas con enfermedades mentales”.
A la vigilia del jueves asistieron más de 600 personas que perdieron familiares en diferentes hechos sangrientos y activistas a favor del control de las armas, lo que a juicio de la Fundación Newtown evidencia que la muerte por armas de fuego es un problema nacional.