¿Cruzada Contra el Hambre o cruzada electoral?
*Geovanna Bañuelos de la Torre
El anuncio de la incorporación de 12 municipios a la Cruzada Contra el Hambre y mis posteriores cuestionamientos, generaron posturas encontradas, molestia e interpretaciones diversas. Aprovecho esta colaboración semanal, para reiterar y explicar mi postura al respecto.
Para las sociedades que aún se encuentran en la ruta de la consolidación democrática como la nuestra, son indispensables la pluralidad y la crítica. Más allá de nuestras ideologías, cada manera de pensar por divergente que sea, es una ventana al discernimiento y la tolerancia.
En el boletín del 3 de abril del presente año emitido por la Coordinación de Comunicación Social de Gobierno del Estado, el primer párrafo dice textualmente:
“Con la incorporación de 12 municipios zacatecanos al programa de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, a partir de este año, 748 mil 570 personas en situación de pobreza alimentaria serán beneficiarios de acciones en infraestructura social, salud, vivienda y alimentos”.
Si analizamos la cifra, encontraremos que es un dato completamente engañoso. De acuerdo al Censo de Población y Vivienda del INEGI del 2010, en Zacatecas viven 1 millón 490 mil habitantes. Esto quiere decir que la mitad de los zacatecanos, es decir, más de 748 mil, ahora son beneficiados con el programa Cruzada Nacional Contra el Hambre?
En mi conferencia de prensa semanal afirmé que era una “brutal mentira” que el 99% de la población de estos 12 municipios, incluyendo los dos primeros, Pinos y Fresnillo reciban el apoyo de este programa asistencial, pues tan solo en dichas demarcaciones, el total de la población es de más de 750 mil habitantes. Mientras tanto, el gobierno estatal engaña al tratar de hacernos creer que solo quedarán fuera de este programa poco más dos mil habitantes. ¡Vaya falacia!
En esa misma conferencia comenté que no se descarta la utilización de los recursos asistenciales para alcanzar la expectativa de 200 mil afiliaciones al PRI, un Instituto Político que tiene conocido talento cuando de compra de voluntades se trata.
Casi a la par del anuncio de la incorporación de 12 municipios a la Cruzada Nacional Contra el Hambre, el Ayuntamiento de Zacatecas, dio a conocer la creación del programa Buen Provecho, el cual pretende dar alimentos calientes a mil personas en condición de marginación. Mi cuestionamiento a ese programa fue en el sentido de que solo tendrá una duración de 180 días e inversión de 8 millones de pesos. Lo que se traduce en un mínimo impacto social, pues solo llegará al 0.7% de los habitantes que viven en este municipio.
Sin lugar a dudas, este tipo de paliativos con fines electoreros, no resuelve de fondo la problemática de la pobreza en nuestro estado. Llevamos tres años perdidos, tres años sin políticas públicas acordes a la realidad. El Plan Estatal de Desarrollo es un documento que solo contempla buenas voluntades y demagogia.
Insisto, si siete de cada diez zacatecanos viven en la miseria, es urgente implementar parámetros de organismos mundiales que tienen estrictos lineamientos para revertir la pobreza como los que propone el Banco Mundial (BM). Este organismo afirma que” un niño malnutrido sufre daños físicos y cognitivos permanentes, lo que va a perjudicar su salud, bienestar y situación económica el resto de su vida”, en consecuencia, no desarrollará “una fuerza laboral productiva”. Por otro lado, si persiste la inflación, como ha ocurrido en los últimos años, “se agrava la desigualdad, lo que provoca conflictos e inestabilidad social”.
De la misma forma, el BM propone las siguientes estrategias: inversión en la agricultura, creación de empleos, ampliación de redes para la protección social, programas nutricionales orientados a menores de dos años, acceso universal a la educación, equidad de género, financiamiento y asistencia técnica para proyectos productivos sin intereses.
Si analizamos con detenimiento, el gobierno estatal no ha implementado medidas reales que pongan fin a este flagelo. Por ejemplo, esta Administración presume que se han otorgado 29 mil microcréditos, pero se cobran intereses, no se les da el seguimiento ni la asesoría adecuada, lo que conlleva al inevitable fracaso de los proyectos.
Dentro de mis propuestas, sugerí que para garantizar la seguridad alimentaria era necesario un programa integral aprovechando lo que produce nuestra generosa tierra, como el acopio del maíz y frijol. Precios justos, a tiempo y sin intermediarios para los productores zacatecanos. Posteriormente, repartir estos granos a los sectores más vulnerables. Sin lugar a dudas, esta propuesta tendría un mayor impacto y beneficio en la ciudadanía.
El origen
La razón para asegurar que la Cruzada Nacional Contra el Hambre tiene fines electoreros es el origen del mismo: Rosario Robles Berlanga, actual secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) y operadora de este programa, es una economista que conoce la realidad sobre las condiciones de vulnerabilidad de los mexicanos. Cuando perteneció a la izquierda, tuvo amplio acceso a estudios realizados sobre el tema. Tras su ruptura con el PRD, puso sus conocimientos al servicio de Carlos Salinas de Gortari. La Cruzada Nacional Contra el Hambre es un sinónimo absoluto del programa asistencial Solidaridad que impulsó el sexenio salinista.
La conclusión es simple, el capital electoral del priismo ha sido siempre el mismo a lo largo de 85 años: lucrar con la miseria de los mexicanos.
*Comisionada Política del Partido del Trabajo en Zacatecas geovanna111@hotmail.com