El escenario, el Zócalo colmado de visitantes, y entre stands de la Feria de las Culturas Amigas, la bandera a media asta por el aniversario luctuoso de Lázaro Cárdenas, un personaje inusual entre la multitud: John Kerry.
El secretario de Estado de los Estados Unidos de América (EUA) llegó casi a las 15:50 horas, había estado en la Cancillería para reunirse con su homólogo mexicano José Antonio Meade, con quien ofreció una rueda de prensa, y luego, en la Residencia Oficial de Los Pinos, para conversar con el presidente Enrique Peña Nieto.
El funcionario estadunidense iba acompañado por la subsecretaria de Estado para América del Norte, Roberta Jacobson, y por el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, así como los agregados militar y naval de su país en México.
Su primera parada fue en el stand de EUA en la Feria de las Culturas Amigas, donde ya se había acumulado una multitud curiosa; personal de la embajada que ofrecía información sobre su país a los asistentes a la feria, lo recibió y lo invitó a inaugurar el stand.
De buen humor, vestido con un traje azul marino a rayas, Kerry se dio tiempo para saludar de mano a varias personas que se encontraban más allá del cordón que se instaló para separar al público del interior del stand.
Dentro, nueve estudiantes y un profesor del Programa “Access”, que auspicia el Departamento de Estado de Estados Unidos, lo esperaban para conversar con él sobre las oportunidades que les ha abierto esta participación.
Entre ellos, Carlos Iván Madrigal (quien impulsa una ONG para cuestiones indígenas, particularmente mazahuas de Michoacán), Saray Molina, estudiante de preparatoria y Karla Villanueva, quien acaba de concluir el bachillerato, le platicaron sus experiencias.
Le agradecieron la oportunidad de haber ido a Estados Unidos a perfeccionar su inglés y a aprender capacidades de organización, para impulsar proyectos en sus comunidades. Él conversó brevemente de manera individual con cada uno de los jóvenes y el profesor del Programa.
Después inauguró formalmente el stand, y posteriormente se dirigió a pie al Palacio Nacional, para admirar los murales de Diego Rivera, como ya se consideraba en el programa.
Rodeado de un aparatoso equipo de seguridad, el secretario de Estado y su comitiva recorrieron la Plaza de la Constitución, acompañado por uno de los especialistas en los murales de Palacio Nacional, Rafael Ríos, que ofrece los recorridos especializados por esas obras de arte.
Entraron por la puerta principal del palacio, doblaron a la izquierda y subieron hasta el descanso de la escalera, donde Ríos comenzó a explicarle el Mural Central de Palacio (La Epopeya de México) de Diego Rivera, no sin olvidar una pequeña explicación sobre la Fuente del Pegaso que se encuentra en el Patio Central de Palacio.
El secretario Kerry se acercó varias veces a ver detalles de las pinturas. Preguntó algunos aspectos de la cultura mexicana precolombina y ciertos detalles de la Conquista.
El asesor que le ofreció las explicaciones –quien es miembro del equipo de Educación del Palacio Nacional- detalló varios aspectos de los murales “México Tenochtitlan”, “México Purépecha”, “La Mixteca” y el “Desembarco de Cortés en Veracruz”.
Este último, fue el que más llamó su atención. El secretario Kerry se mostró particularmente interesado por una parte del mural, donde se ve a dos españoles marcando con un hierro ardiente a un esclavo indígena, rodeados de esclavos africanos.
Preguntó si la práctica de la esclavitud en México en la época de la Conquista incluía esos tratos. También pidió detalles sobre la técnica utilizada por Diego Rivera en la elaboración de los murales y el tiempo que le llevó realizarlos.
Al término del recorrido, salió nuevamente por la puerta principal de Palacio Nacional, donde ya lo esperaba un convoy de 16 vehículos blindados, para retirarse presumiblemente con dirección a la sede de la Embajada de Estados Unidos en México.
Antes que él, durante el primer periodo de gobierno de Barack Obama, estuvo en México la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, su predecesora, quien también se reunió con exalumnos mexicanos financiados por el Departamento de Estado, sólo que ella lo hizo en el Palacio de Bellas Artes.