El director de la pieza, Lars Klevberg, de 34 años, explicó que escribió un guión luego de ver la cobertura noticiosa sobre el conflicto en Siria y que su intención era presentarlo como real para generar una discusión sobre la situación de los niños en zonas de guerra.
En el video se ve a un niño corriendo bajo una balacera en una derruida región que pretende ser una ciudad siria en pos de una niña herida a la que finalmente logra rescatar.
“Si pudiera hacer una película y hacerla pasar como real, la gente la compartiría y reaccionaría con esperanza”, dijo Klevberg, quien informó que los niños son actores profesionales malteses.
Klevberg reconoce que no se sentía a gusto haciendo una pieza que engañaría a millones de personas pero que esperaba “aprovechar una herramienta que se usa frecuentemente en la guerra: hacer un video que asegure ser real”.
“Queríamos saber además, cómo reaccionarían los medios”
“Motivación honesta”
La producción fue financiada por el Instituto Fílmico Noruego y el Consejo de las Artes de Noruega.
En la aplicación del financiamiento, los creadores dijeron que subirían la producción a internet sin dejar sentado si se trataba de realidad o ficción y por eso aseguran que los financistas sabían de sus intenciones.
El comisionado del NFI, Ase Meyer, dijo a la BBC que “no era una manera cínica de llamar la atención” porque “tenía motivaciones honestas”.
Sin embargo, Meyer afirmó que, tras el revuelo causado en redes sociales, le recomendó a los cineastas responsables de la obra que adviertieran que se trata de una representación ficticia.
Los creadores de la secuencia aseguran que el hecho de que el niño reciba disparos de bala y siga corriendo debería servir de pista para que los espectadores reconozcan que se trata de una actuación.