Por Juan Gómez (@juangomezac)
Director general de Pórtico Online
Luego del asesinato de cinco mujeres el pasado fin de semana en una fonda establecida en la carretera Calera-Fresnillo (cuatro en el lugar de los hechos y otra moriría después en el hospital a causa de las heridas), se prendieron las luces rojas en el despacho del gobernador Alejandro Tello Cristerna.
La ola de ejecuciones que antecedieron a este brutal acontecimiento encendió la alerta en el Gabinete de Seguridad estatal, debido a la percepción mediática y ciudadana de un incremento de la violencia en el estado, aunado a las noticias que ubicaban a Fresnillo y a Guadalupe en una posición preocupante en esa materia, debido al aumento de homicidios dolosos.
Los colaboradores cercanos al Ejecutivo del estado actuaron de manera precipitada. De inmediato anunciaron una conferencia de prensa para dar a conocer la (su) realidad sobre la seguridad en el estado.
Pero olvidaron varios detalles que son importantes para fincar la credibilidad de la versión oficial de los hechos.
En la conferencia convocada el pasado jueves 24 de noviembre del año en curso solo estuvo un personaje: el vocero para el tema de Seguridad del gobierno del estado, Marco Antonio Vargas Duarte. Nadie más.
El vocero en cuestión presentó un panorama de sólo 72 días de la administración del gobernador Alejandro Tello y dijo que el índice de homicidios dolosos disminuyeron en 15.71% del 12 de septiembre (fecha de la toma de posesión del gobernador en turno) al 22 de noviembre. En su argumentación estadística señaló que los datos están tomados del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Habló también de la eficacia en la “estrategia” en materia de seguridad de la actual administración y de que no se ocultarán los hechos, los datos, la información en una palabra, para dar a conocer los sucesos delictivos.
Lo que no dijo fue si no se irían a maquillar las cifras, a manipular para poder presentar un panorama alentador, optimista de combate a la incidencia delictiva en Zacatecas, que mantiene a la población con una percepción de miedo por la inseguridad que se vive actualmente.
Un hecho tan relevante como es la “exitosa estrategia” gubernamental operada en tan solo 72 días de la presente administración estatal, valdría la pena que fuera presentada en una sesión de la Junta de Coordinación de Seguridad que encabeza el gobernador Tello Cristerna, y en la que participan la secretaria general de Gobierno, el procurador de Justicia del estado, el secretario de Seguridad Pública, el comandante de la XII Zona Militar, el representante de la Marina Armada de México, de la Policía Federal Preventiva; pero no, solo estuvo un solitario vocero.
Además, esta estrategia tan exitosa ya hubiese sido incorporada por el gobierno federal o por alguno de los gobernadores de entidades tan castigadas por la delincuencia organizada como Guerrero, Michoacán, Estado de México, Tamaulipas, Veracruz, etcétera.
En tan solo 72 días el gobierno del estado de Zacatecas habría bajado en 15.71 por ciento la incidencia del delito sin invertir un solo peso, mientras que en seis años Miguel Alonso Reyescanalizó casi cinco mil millones de pesos y fracasó en el combate a la delincuencia y contra la inseguridad.
Sería un hecho extraordinario, pero lamentablemente no es así.
La precipitación gubernamental cuida la forma pero olvida el fondo. Intenta construir un discurso de disminución de la incidencia delictiva, cuando el número de ejecuciones va en aumento, sobre todo, el asesinato de mujeres.
¿Por qué se descuida el fondo?:
En primero lugar el vocero debió salir acompañado por el responsable de la seguridad, el general secretario, Froylán Carlos Cruz, secretario de Seguridad Pública y por el procurador general de Justicia de Zacatecas, Francisco Murillo Ruiseco. La ausencia de ambos demuestra una inconsistencia en la institucionalidad de criterios, de estrategias en materia de seguridad pública.
El multicitado vocero no ha dado conocer cuál es la estrategia que se aplicó para que disminuyeran las cifras delictivas; solo se refiere de manera general a una etapa de prevención y a la coordinación entre las diferentes corporaciones policíacas, tanto estatales como federales y a la participación del Ejército Mexicano.
¿Cómo puede reducirse la violencia, la inseguridad en un estado cuando cada vez hay menos policías?
Entrevistado la semana pasada en una gira de trabajo en Fresnillo, el gobernador Alejandro Tello Cristerna fue cuestionado por la falta de elementos en la seguridad pública municipal y estatal.
Ante la pregunta sobre cuántos policías hay en el estado, esto respondió textualmente:
“Yo te puedo dar un dato de cerca de 800 policías municipales, se fue una cuarta parte, hoy tenemos 200, claro está que también la Policía Estatal creció, pero hoy tenemos 200 que es muy poco para un Estado tan grande, tan extenso, por eso tenemos que aumentar mucho las policías municipales. ¿Cuál es el problema?, que se tienen que certificar, y cuando se certifican prefieren irse a la estatal, porque es mejor paga; lo que estamos planteando es que se certifiquen, pero que no se vayan a la estatal, que se queden en el municipio y estén cerca de la gente”.
Si a la disminución de elementos policíacos en las corporaciones municipales le agregamos la salida de Fresnillo del batallón de la Marina Armada de México, obtenemos una baja sensible en la atención a los hechos de violencia y crimen en el estado.
Al respecto de la información proporcionada por el vocero en materia de Seguridad del gobierno del estado, el diario Imagen publicó la siguiente información, el 24 de noviembre en su versión digital:
“Con datos del Sistema Nacional de Seguridad, los homicidios en Zacatecas han crecido 40% en los últimos doce meses; datos del INEGI indican que 7.9 de cada 10 habitantes se siente inseguro en Zacatecas capital y 8.6 de cada 10 se siente inseguro en Fresnillo.”
“Las cifras contrastan con los datos y el optimismo del vocero estatal de Seguridad Pública, Marco Antonio Vargas, quien en una conferencia de prensa ofrecida ayer aseguró que las cifras delictivas en Zacatecas diminuyeron de julio a septiembre”.
El gobernador Tello Cristerna está preocupado por el clima de inseguridad en el estado, pero en este momento atraviesa por una situación crítica, ante la falta de liquidez financiera y la ausencia de apoyo de la federación para cerrar el presente año fiscal.
En este contexto flaco favor le hacen sus asesores para tratar de colgarse un éxito en materia de seguridad pública, con improvisaciones que en nada contribuyen a presentar un frente sólido en contra de la delincuencia en el estado.
Creen cuidar la imagen, pero descuidan el fondo del problema. Ven el árbol, pero descuidan el bosque.
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