Por Víctor Manuel Chávez Ríos
Dentro de poco en México iniciaremos la celebración del mes de la patria, algunos ya se preparan con sus banderas, vestidos de china poblana o blusas oaxaqueñas o xochimilcas, otros más con la elaboración de viandas mexicanas y/o sus dotaciones de bebidas espirituosas para alabar durante 30 días a este espacio del imaginario popular al que denominamos patria.
Durante septiembre la patria parece ser el motivo ideal para celebrar sin otro motivo subyacente que esta imagen de mujer indígena que nos acompañaba en las portadas de los libros de texto a la cual han rendido homenaje con sus acciones y el mes está suficientemente ensamblado con fechas propicias al festejo y si aunado a eso, en Zacatecas le sumamos la realización de la feria nacional el festejo zacatecano patriotero alcanza parámetros elevados.
Sin embargo agosto, con su eclipse y sus calores parece destinado a la tranquilidad farsante del chivo que se prepara para dar el tope con más fuerza. Este mes que marca el fin de las vacaciones y el inicio del ciclo escolar en los distintos niveles educativos toma por sorpresa fingida a los compradores de útiles escolares, pagadores de inscripciones y comprometidos responsables al pago de colegiaturas y/o pago de cuotas escolares.
Este pudiera ser el motivo por el cual se pareciera ser que no hay efemérides dignas de celebrarse o conmemorarse en honor de la patria porque desde mi perspectiva debemos honrarla todos los días no solamente en septiembre. Pero tal parece que pasando septiembre la patria se olvida en un cajón junto a las banderas de plástico y las blusas artesanales tipo Frida Kahlo, pero esa es otra historia que abordaremos, lo prometo en otra ocasión más septembrina.
Pero volviendo este preámbulo de septiembre que es esta última semana de agosto debo decir que dos personajes de historia vinculados al proceso de la independencia tuvieron la mala fortuna de nacer o morir en agosto porque de haber sucedido en el siguiente mes podrían haber cabido fácilmente en los festejos del mes de la patria.
Se trata de dos personajes emblemáticos y sin embargo no tan conocidos como debieran serlo, doña Leona Vicario y don Mariano Matamoros, el segundo nace el 14 de agosto de 1770 en la ciudad de México y la segunda muere en esa misma ciudad el 21 de agosto de 1842. Extrañamente ambos pertenecieron al ejercito del José María Morelos y Pavón.
María de la Soledad Leona Camila. Vicario Fernández de san Salvador era el nombre completo de esta distinguida dama de la sociedad novohispana que dejó su fortuna en el proceso de la independencia desde sus antecedentes hasta la consumación de la misma. colaboró intensamente, junto con su marido el yucateco Andrés Quinta Roo , en las fuerzas de Morelos imprimiendo desde hojas sueltas hasta periódicos para difundir los triunfos del ejercito independentista de 1813 hasta 1815, cuando murió el siervo de la nación, después continuo luchando incansablemente hasta la consecución y reconocimiento de la independencia mexicana. Su poema titulado La libertad y la tiranía de 1823 es una muestra no solamente de su compromiso social con la nación, también es una muestra del ingenio de esta también llamada la Mujer fuerte de la independencia por sus contemporáneos.
El otro caso es Mariano Matamoros Guridi se ordenó sacerdote en 1796 y a partir de ese momento tuvo diversas encomiendas religiosas en ciudades del Bajío y Michoacán donde se ligo a los grupos independentistas criollos colaborando incesantemente hasta llegar a ser, por sus dotes organizativas, el coronel del estado mayor del ejército de Morelos. Cuando fue capturado por las fuerzas realistas de Calleja, Morelos ofreció doscientos prisioneros realistas a cambio de su mejor estratega. Pero finalmente Matamoros fue fusilado en Valladolid, hoy Morelia, el tres de febrero de 1814.
Ambos personajes tuvieron una participación decisiva en la lucha independentista y sin embargo no entraron en lista de próceres meritorios de gritar su nombre al festejar la independencia sirva este preámbulo de septiembre para conmemorar su actuación y otorgarles un poco de los honores que no les ha otorgado la versión oficial de la historia que nutre el festejo del mes patrio.