Por Juan Gómez (@juangomezac)
Director general de Pórtico
En Zacatecas es popular una anécdota – entre otras tantas- que en el informe de un alcalde priista, en el momento de dar cuenta de la administración municipal dijo frente al micrófono: lo que entró salió.
Estas anécdotas que circulan entre bromas y risas sobre algunos pasajes de políticos de viejo cuño, refleja en cierta medida, la opacidad tradicional en los aparatos burocráticos de los gobiernos de los tres niveles en el país.
La semana que concluye logró altos niveles de polémica por la cancelación del concierto del artista Puertoriqueño Ricky Martin, que daría como parte del cierre de la Feria Nacional de Zacatecas 2019, el cual anunció y justificó en su cuenta personal de twitter, debido a “incumplimiento de contrato por parte del empresario”.
El twit de solo cuatro líneas ha desencadenado una serie de repercusiones, reacciones y escándalo que aún no cesa, pero que además, evidenció la opacidad con la que se han manejado las ferias populares en el estado.
El primer ataque lo inició el diputado local de Morena Omar Carrera, quien denunció presuntas inconsistencias en la versión de la cancelación que proporcionó a la prensa el coordinador de la Fenaza 2019, Benjamín Medrano, porque no se ha transparentado la participación de la Promotora de Ferias y Fiestas Populares A. C., cuya representante legal es Marisol Gamboa Delgado, colaboradora cercana a Medrano.
El cuestionamiento del legislador caló hondo en el ánimo de Medrano Quezada, quien dio a conocer públicamente que el patronato que le antecedió, no ha informado sobre el resultado de su gestión -estando obligado a ello por Ley- ante lo cual, cuestionó al diputado de Morena de no haberlo solicitado.
En las denuncias hechas ante los medios de comunicación Medrano Quezada reveló que el patronato de la Fenaza 2018 asignó contrato por 70 millones de pesos tan solo para la contratación de los artistas del palenque (con una presunta pérdida de 14 millones de pesos), mientras que para la Fenaza 2019 se canalizaron únicamente 54 millones de pesos para toda la organización.
Abordado por los reporteros de la fuente gubernamental, el mandatario estatal se adelantó a los cuestionamientos y anunció que solicitaría a la Secretaría de la Función Pública, que audite las tres emisiones de la Feria Nacional de Zacatecas durante su administración, para transparentar el uso de los recursos públicos.
Fue específico al mencionar que pediría se revisen los dos años de Federico Borrego Iturbe (2017-2018) y a Benjamín Medrano Quezada (2019) y que “si hay algo que no es regular que se sanciones y se haga resarcitorio”.
Tello Cristerna solicitó también la generación de un “micro sitio” para que la población y los medios de comunicación conozcan al detalle cuánto costó hacer la Fenaza, las inversiones que tuvo “porque no puede haber transparencia en un gobierno si hay indicios de que no existe”.
Esta propuesta la hizo el mandatario zacatecano a la Secretaría de la Función Pública, a la LXIII legislatura del estado y a la Auditoría Superior del Estado. Está pendiente cuál de estos tres organismos tiene la iniciativa de hacer el “micro sitio” informativo.
Después de la propuesta del Ejecutivo estatal la Secretaria de la Función Pública, Paula Rey Ortiz Medina, fue entrevistada sobre el tema. Informó que se detectaron irregularidades en contratos y otras observaciones en la revisión al Patronato de la Feria Nacional de Zacatecas 2017, pero que será en los próximos días cuando se de a conocer si fueron solventadas o no, mientras que ya inició la revisión del ejercicio 2019.
La funcionaria dio a conocer también que está por concluir la revisión del Patronato de la Fenaza 2018 y que en los próximos días se determinará si hay observaciones, así como la solventación o no de las mismas.
Las ferias estatales son instrumentos de medición de la popularidad de los gobernantes en turno en el estado, pero se convierte también en pago de favores políticos que se pierden en las turbias aguas de la opacidad y la impunidad oficial.
Lo mismo sucede en las ferias municipales. A veces hay excepciones pero generalmente no hay rendición de cuentas.
En algunos casos, como el actual, son aprovechadas las coyunturas como revanchas políticas para enjuiciar al enemigo y cobrarle factura por agravios del pasado.
El gobernador zacatecano tiene la oportunidad de generar un precedente en la transparencia de los recursos públicos en las ferias estatales o bien, abonarle al olvido como ha sucedido con otros mandatarios que han preferido voltear a otro lado ante el tufo de corrupción.
¿Seguirá campeando la vieja anécdota política “lo que entró salió” en el refranero zacatecano?
Al tiempo