Por Juan Gómez
Director de Pórtico.mx
Aislado del desarrollo regional, con una gran dependencia presupuestal de la federación que lo mantiene en la marginación, el estado de Zacatecas se encuentra en medio de dos pandemias: la sanitaria provocada por el Covid-19 y la de la violencia generada principalmente por los cárteles de la droga que se disputan la plaza dejando un reguero de cadáveres en el estado.
Con aproximadamente un millón 550 mil habitantes y una fuerte migración principalmente hacia Estados Unidos de Norteamérica, en el estado se han registrado hasta este domingo pasado 862 casos positivos y 96 decesos por el Coronavirus (en poco más de tres meses), mientras que la violencia en tan solo 21 días de este mes, se registraron 71 homicidios dolosos.
El viernes pasado detonó la crisis de seguridad en el estado. Esa mañana un grupo criminal arrojó 14 cadáveres en un camino del municipio de Fresnillo que provocó no solo una gran movilización policíaca en El Mineral, sino la difusión de dos videos que circularon en las redes sociales y en medios digitales y que ilustran la grave situación de inseguridad en el estado.
En el primer video aparece un grupo de personas semidesnudas con las manos atadas a la espalda, rodeados de manera amenazante por varios hombres encapuchados con armas largas que interrogan a sus víctimas para que revelen sus crímenes.
Los hombres sometidos son del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus cuerpos aparecerían después de la grabación del video envueltos en cobijas.
El segundo video que se difundió contiene imágenes de directivos de la Policía Estatal y de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado, en el que una voz anónima realiza una serie de acusaciones en contra de funcionarios públicos por presuntos nexos con grupos delincuenciales.
Ambos mensajes son altamente preocupantes porque anticipa un clima de mayor crispación de la violencia en el estado que, desde el sexenio de la ex gobernadora Amalia García Medina (2004-2010) no ha cesado en Zacatecas y que al contrario, se ha intensificado en los últimos dos sexenios priistas.
El sexenio de Miguel Alonso Reyes (2010-2016) registró un incremento de crímenes del 221.2 por ciento con respecto a la administración anterior. Tan solo entre diciembre de 2012 y abril de 2015, se cometieron más asesinatos que durante el gobierno de la perredista García Medina.
Pero la violencia no ha cesado en la actual administración, entre 2016 y octubre de 2018 se cometieron mil 473 homicidios.
En este año los homicidios dolosos que las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado enmarcan en la confrontación entre bandas de la delincuencia organizada, se aprecia un comportamiento que va a la alza.
En enero del presente año se generaron, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del estado, 54 homicidios dolosos; en febrero aumentó a 90; en marzo se registraron 83; en abril 84, en mayo 89 y en el presente mes hasta el día 21 iban 71 homicidios dolosos.
El gobierno del priista Alejandro Tello Cristerna entró en una crisis de grandes proporciones debido a que la pandemia no disminuye su letalidad en el estado, en donde una parte importante de la población está confinada y el aparato burocrático y productivo están semi parados y por otro lado, la violencia genera cada vez más hechos de impacto y ahora se agrega el de la denuncia y la manipulación informativa en las redes sociales.
Tello Cristerna está a dos meses de rendir su penúltimo informe de gobierno y no tiene el respaldo económico del gobierno federal para poder afrontar el problema financiero de su administración que cada día pierde más liquidez . Por otro lado el problema de inseguridad pública le podría agudizar una inestabilidad social y política que afectaría no solamente al interior del estado, sino que tendría también repercusiones en la administración federal.
En la crisis sanitaria y de inseguridad todos pierden, tanto gobiernos como clase política, porque se muestran incapaces de enfrentar con soluciones prácticas estas problemáticas, además de que evidencian falta de solidaridad y compromiso social.
El mandatario estatal contempla realizar cambios en los próximos días en su gabinete pero ello no bastaría para contener la crisis económica y de inseguridad pública que se vive en el estado.
Las dos pandemias, la sanitaria y la de la violencia se cruzan peligrosamente en la antesala del penúltimo informe gubernamental, mientras la población se encuentra expectante ante la realidad que hoy se vive en el estado.
Al tiempo.