Por Juan Gómez
A Luis Enrique Mercado✟ entusiasta constructor de proyectos periodísticos
Con una tendencia electoral que favorece a Morena en 14 de 15 estados en los que se desarrollarán comicios este año, la disputa por los gobiernos y la mayoría parlamentaria, marcará la atención de la opinión de la opinión pública en este 2021 que inicia.
El Movimiento de Regeneración Nacional es el partido en el poder y constituye un fenómeno político único en el país, puesto que a pesar de ser de reciente creación -con solo dos procesos electorales en su historia política- logró el triunfo electoral en las elecciones de 2018.
El fundador, líder y patriarca de este movimiento, es el actual presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, y sobre su figura y acciones se deposita la preferencia electoral de este partido en formación, que no logra todavía generar una base propia y atractiva para el electorado mexicano.
Como todas las organizaciones políticas este partido tiene fortalezas pero también debilidades: su principal fortaleza es la figura y carisma de su fundador; su discurso, imagen y en especial, su narrativa que pretende influir en el electorado.
El presidente López Obrador está consciente de esta fortaleza y por ello, construye una nueva narrativa en contra de quienes no apoyan a su gobierno, al que autonombra como de “la Cuarta Trasformación” y por ello divide al país en dos bandos, el de los neoliberales y corruptos y el de quienes apoyan la transformación de México, los de la “fe ciega”.
Así de simple y así de pragmático.
Sin embargo en lo que debemos tener claridad es que el presidente aún no tiene un partido fuerte y con estructura en el país. Morena continúa siendo la imagen e influencia presidencial, pero será difícil que ese bono democrático le alcance para obtener mayoría calificada en el 2021. Esa es su preocupación.
Por eso no ha dejado de hacer campaña y de introducir división y una presencia mediática que influya en el electorado.
Pero Morena ofrece varios flancos débiles, empezando por su proceso de selección de candidatos que dejó un reguero de inconformidad en torno a las nominaciones que se hicieron en distintos estados, entre los que destaca Nuevo León, Zacatecas, Colima, Chihuahua, Tlaxcala y Guerrero.
En seis de nueve estados durante el 2020 hubo serias denuncias de fraude e imposición, además de rechazo a los resultados de las encuestas que se caracterizaron por su opacidad.
El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, ha mostrado su falta de oficio político para conducir el proceso de selección de candidatos, cuyo común denominador es la imposición y la antidemocracia, como si fuera partido único, como lo fue el PRI durante más de 70 años.
La fortaleza de la oposición, que ya registró su coalición electoral para los comicios del 2021 –“Va por México- es solamente cuantitativa, aunque por otro lado, la unidad que hasta el momento ha mostrado, está basada en las negociaciones de las cúpulas de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática.
Empero la debilidad de esta alianza es la falta de homogeneidad de los perfiles de sus candidaturas, así como la falta de un discurso de propuestas que logre conectar con un electorado castigado por la crisis económica, la incertidumbre en el rumbo del país, la violencia y la pandemia del Covid 19.
El mapa democrático de México se dividirá en dos grandes espectros: el respaldo o el castigo al ejercicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. No hay más.
En este contexto sufragarán aproximadamente 94 millones 800 mil ciudadanos inscritos en el padrón electoral, lo que representa cinco millones más de los inscritos en el 2018. Se instalarán 161 mil casillas para la elección, 4 mil más que en la presidencial.
Se renovarán 30 congresos locales (1,063 diputados estatales) (se estima que Morena y sus aliados tienen el dominio en 20 congresos locales); 1,926 ayuntamientos y juntas municipales.
Es importante mencionar que estarán en juego 21,368 cargos y 15 gubernaturas, así como 300 diputados federales de mayoría y 200 de representación proporcional, tal como lo marca el artículo 51 de nuestra Constitución Política.
Más allá de la sumatoria de los cargos de representación popular la sociedad mexicana tendrá la posibilidad de modificar no solo el mapa electoral del país, sino el rumbo de una nación en la que se permitan los equilibrios en la toma de decisiones y no la visión de un solo hombre.
Al tiempo.