Por Juan Gómez
DIrector de Pórtico Mx
¿Cuál pacto? Preguntó el presidente López Obrador desde el atril, con la mirada puesta en el infinito y torciendo la boca. La respuesta breve fue el silencio en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Experto en desviar la atención de los temas trascendentes, el mandatario reviró entre sarcasmo, broma e ironía, al responderse a sí mismo y señalar que el “Pacto por México” ya lo había roto; para después rectificar y decir que su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, le había dicho que era el “Pacto Patriarcal”.
El mandatario admitió que no sabía qué era el Pacto Patriarcal, hasta que su esposa se lo explicó. Pero tal parece que no ha entendido.
Distintas corrientes y organizaciones feministas del país habían iniciado una fuerte campaña en redes sociales y movilizaciones, tanto en la Ciudad de México como en algunos estados de la República Mexicana, demandando al presidente que rompiera el pacto de protección con el senador Félix Salgado Macedonio, candidato de Morena al gobierno de Guerrero.
¿Cuál pacto? Resonaba el auto cuestionamiento del presidente ante casi 60 reporteros, tanto nacionales como del extranjero, que asisten a las conferencias de prensa que encabeza López Obrador en Palacio Nacional cada mañana, desde los primeros días de su sexenio.
El presidente no escucha y cuando oye no entiende. Su esposa le dijo, según compartió ante los reporteros aquella mañana, que la petición era “que rompiera el pacto con los hombres”.
El hashtag #RompeElPacto que inunda las redes sociales es para que rompa el pacto de impunidad e impida que Félix Salgado Macedonio, sobre quien recaen cinco acusaciones de presuntos actos de acoso y violación sexual, sea el candidato de Morena al gobierno de Guerrero.
Pero el mandatario no entiende que romper el pacto patriarcal implica romper con aquellos que utilizan el poder para abusar de la mujer.
La respuesta del presidente y su partido ha sido la defensa y protección de Salgado Macedonio, y la construcción de un discurso basado en el engaño, puesto que primero se informó que se repondría el proceso de selección de aspirantes pero en los hechos, el guerrerense es el único candidato registrado por su partido en el instituto electoral de su estado.
En un país impregnado hasta el tuétano del machismo que tanto daño ha causado a las mujeres y a la destrucción de la familia en general, se han generado fenómenos que van desde las golpizas, vejaciones, maltrato, discriminación, estupro, violaciones; acoso verbal y físico; agresiones de toda índole; injusticia laboral y política, feminicidio y un largo etcétera.
Tan solo el año pasado se generaron en México 969 feminicidios, más de dos por día, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo, cifra levemente inferior a 2019, cuando se registraron 966 feminicidios. No hubo mucha diferencia.
De acuerdo a esta fuente informativa fueron seis entidades federativas las que concentraron el 51 por ciento de los feminicidios en el país: Estado de México con 151 asesinatos contra mujeres; Veracruz con 87; Jalisco, 68; en la ciudad de México y Nuevo León se generaron 67, respectivamente, mientras que en Puebla, 54.
¿Cuál Pacto Patriarcal? Se auto cuestiona el presidente.
En respuesta el mandatario argumenta que por primera vez en la historia, en su gabinete el 50 por ciento son mujeres, empezando por la secretaria de Gobernación, la magistrada en retiro Olga Sánchez Cordero, la primera mujer en ocupar ese cargo en el gobierno federal.
López Obrador se autoproclama humanista y afirma no estar contra el feminismo, pero no solamente lo reprueba sino que lo descalifica, pues sostiene que es un movimiento retrógada, de la derecha, cuando menciona que “ahora resulta que los conservadores son feministas, es el colmo”.
La respuesta a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en México es el blindaje del corazón histórico de la Ciudad de México.
El gobierno mandó a blindar dos palacios que son simbólicos: Bellas Artes y Palacio Nacional. Tres días previos, trabajadores levantaron unas planchas de acero para evitar el acceso a esos sitios icónicos.
La respuesta de las mujeres fue creativa y también simbólica: escribieron sobre el acero los nombres de las víctimas del feminicidio en el país.
El presidente no escucha, pero actúa.
Protege al candidato de Morena al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio y bloquea el acceso con planchas de acero a Palacio Nacional.
El presidente afirma que las planchas de acero no fueron puestas por miedo a las mujeres, sino por precaución “porque las fuerzas conservadoras son muy retrógadas, muy autoritarias, infiltran gente para generar violencia, para dañar”.
Y remata con esta frase: no soy machista, yo estoy a favor del derecho de las mujeres, estoy a favor de la igualdad.
El presidente no escucha.
¿Romperán las mujeres el pacto electoral?
Al tiempo.