Por Juan Gómez
Director general de Pórtico Mx
La sesión del martes pasado de la LXIII legislatura zacatecana fue histórica, mostró la falta de respeto a sus representados, la ausencia de oficio político de la actual directiva, iniciando por su órgano de gobierno, la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política, pero en especial, la insensatez de los parlamentarios que hoy están a unos cuantos días de cerrar su período legislativo.
Hay que apuntarlo también: la parodia que montaron es un reflejo del nivel de la política zacatecana, de la inmadurez, ignorancia y abuso, de una posición que no dimensionan lo que representan para el equilibrio de poderes, el fortalecimiento del estado de Derecho, la fiscalización de los recursos públicos y la modernización de las leyes locales.
En el congreso zacatecano ha sucedido de todo, desde la elaboración de facturas “fantasma” hechas por empresas inexistentes (habría que recordar que todavía está en curso una investigación y se ignora cuándo concluirá) hasta el presunto plagio de iniciativas de una fracción parlamentaria a otra.
También se han generado grabaciones en las que se alude al reparto de 60 mil pesos como adelanto de “herramientas” legislativas, que tendrían el objetivo de “estimular” el voto a favor de la aprobación del Presupuesto de Egresos del año 2013.
Por cierto la desaparición de las herramientas legislativas en la legislatura pasada debido a la opacidad y malversación de su uso, fue rechazado por la actual LXIII legislatura, tema que abordé en otra entrega.
Puedo seguir narrando otras controversias y polémicas que han ensombrecido el trabajo parlamentario y en especial, la imagen de este Poder, pero lo que sucedió el martes cuatro de mayo del año en curso, quedará grabado en el imaginario popular y mediático, pero en especial en la vida parlamentaria del congreso zacatecano.
Sucedió que, de acuerdo a la convocatoria para designar a las y los responsables de los Órganos Internos de Control de los organismos autónomos locales, los diputados y diputadas de la LXIII legislatura votaron por personajes de caricaturas, comediantes, héroes nacionales, artistas del cine mexicano, para ridiculizar y reventar los nombramientos.
La parodia montada en las boletas que emitieron en las urnas, llevaba los nombres de Homero Simpson, Brozo, Pancho Villa, del “Tío Gamboín”; de Juana la Cubana; Bernie; de la “Chimoltrufia”, y un largo etcétera de las ocurrencias de los congresistas.
Al congreso de Zacatecas lo convirtieron en una carpa los diputados y diputadas zacatecanas, quienes no dimensionaron la imagen que estaban proyectando tanto al interior de la vida política del estado como al exterior.
La razón que esgrimieron es muy simple: no hubo acuerdos en la designación de los responsables de los Órganos Internos de Control del Tribunal de Justicia Administrativa; del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas; del Instituto Zacatecano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales y de la Fiscalía General de Justicia del estado de Zacatecas.
Respecto a la designación del responsable del Órgano Interno de Control de la legislatura, ni siquiera fue consignado en la orden del día de la sesión, pese a que el dictamen está prácticamente listo.
Paradójicamente fueron los propios diputados de la actual legislatura quienes aprobaron por unanimidad reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública del estado, para garantizar un efectivo combate a la corrupción al interior del Poder Ejecutivo.
Cabe mencionar que a partir de dicha reforma los Órganos de Internos de Control dependerán de la Secretaría de la Función Pública, y no de cada una de las dependencias a las que deberían vigilar como parte de sus funciones, y además, se precisan las responsabilidades y atribuciones de dichos organismos.
Como puede observarse la reforma tiene una esencia estratégica, para despojar de cualquier influencia institucional que condicione el trabajo de revisión en el uso de los recursos públicos, además de que otorga certeza jurídica a la actuación de dichos organismos y evita los vacíos legales que pudieran causar incertidumbre respecto a las actividades y decisiones de sus responsables.
Pero al no ponerse de acuerdo los legisladores en la designación de cada uno de los responsables de los entes autónomos mencionados, los señores y señoras diputados y diputadas optaron por la parodia para reventar los nombramientos.
En otras ocasiones debido a la falta de acuerdos esta LXIII legislatura ha interrumpido indiscriminadamente las sesiones o bien, las ha cancelado, lo que le ha ganado merecidamente el nombre de ser el período parlamentario con menos productividad.
Para muchos observadores de la vida parlamentaria zacatecana, la actual legislatura pasará a la historia como una de las más improductivas y opacas, pero sus integrantes serán considerados como incapaces, flojos y comediantes frustrados.
Es una pena.
Al tiempo.