Por Juan Gómez
A 20 días de entregar el poder el escenario se le ha complicado al gobernador Alejandro Tello Cristerna, en lo económico, social y político, a grado tal que sus propios empleados le cierran literalmente la estructura administrativa gubernamental y le bloquean la discusión y análisis de la Ley Issstezac en el congreso.
Soltar las riendas del gobierno y permitir que otros tomen decisiones o, lo peor, que impongan las políticas ajenas a la administración pública, es un error que lleva a cualquier gobernante a cargar con todos los errores y fracasos.
Algo parecido sucede en Zacatecas. El ex gobernador Miguel Alonso Reyes nunca quitó un pie del estado. Lo mantiene en este momento en la dirigencia estatal del PRI y en el congreso del estado.
Alonso Reyes no logró llegar por la vía plurinominal al congreso federal, debido a la traición de su líder nacional, Alejandro Moreno, lo que menguará la influencia del zacatecano en el estado, y permitiría abrir las carpetas de investigación en su contra, lo cual es muy difícil.
Abro paréntesis: Hay que tomar en cuenta que en las elecciones estatales del 2010 el actual gobernador electo, David Monreal declinó en un primer momento su candidatura por la del entonces precandidato petista, Miguel Alonso Reyes, quien rechazó el registro que le ofrecía el PT y se decidió por la alianza PRI-Verde.
No hubo ruptura. David Monreal firmó una especie de convenio con Alonso después del triunfo de este, a fin de que algunos colaboradores fueran incorporados a la administración priista, lo que permitió que Guillermo Huizar Carranza fuera el secretario de la Función Pública y el instrumento político en contra de la ex gobernadora Amalia García.
Seguramente ese pacto político entre David y Miguel debe prevalecer en la actualidad. No se tiene noticias y tampoco indicios que se haya roto. Por ello será difícil que se le finquen cargos al ex gobernador Alonso. Cierro el paréntesis.
A pesar de la alternancia política generada a partir del año de 1998 cuando el PRI pierde la supremacía electoral y el gobierno del estado frente al PRD, el estado de Zacatecas no ha mejorado su situación económica y tampoco ha evolucionado favorablemente su aportación al Producto Interno Bruto nacional (PIB).
En la actualidad el estado está en una seria desventaja en cuanto a su desarrollo económico en la región en la que se ubican sus estados vecinos, seguramente porque su actividad económica predominante es la terciaria (comercio y servicios inmobiliarios) y no la secundaria.
Por ejemplo, a pesar de tener una mayor extensión territorial y cantidad de habitantes (Un millón 600 mil) sobre su vecino Aguascalientes (Un millón 400 mil), aporta 1.1% al PIB mientras que la entidad hidrocálida lo hace en 1.3%.
El resto de los estados de la región los superan más holgadamente: Durango tiene un peso mayor dentro del PIB nacional en 1.2%; San Luis Potosí, 2.1%; Coahuila, 3.4%; Guanajuato, 4.0%; Jalisco, 6.9%; y Nuevo León, 7.8%.
Antes de la pandemia Covid19 el estado de Zacatecas registraba indicadores económicos muy por debajo de las nueve entidades de la región, y dentro de las 32 entidades federativas es de las más rezagadas.
El año pasado el estado mejoró de manera discreta algunos de sus indicadores económicos, aunque su aportación al PIB no varió y la informalidad laboral creció de manera importante, mientras que el número de puestos de trabajo en el sector publico disminuyó.
Existe un dato que refleja en gran medida el desarrollo y la fortaleza económica de una sociedad: la conectividad.
En este sentido el año pasado solo el 43.3% de las viviendas en el estado tenían acceso a una red de internet, de las cuales en el 3.5% disponen de una computadora y en el 84.4%
se posee un celular.
La debilidad económica de Zacatecas es estructural por dos razones principalmente: la falta de creatividad e iniciativa para generar proyectos que detonen a la economía local, y por la creciente disminución de la inversión pública.
En los últimos diez años el estado disminuyó el gasto de capital en 81.3% en términos reales a un ritmo promedio de menos 17% anual, al pasar de 2 mil 86 millones de pesos en el año 2011 a 390 millones de pesos el año pasado.
Por otro lado la crisis pensionaria le estalló en las manos al gobernador Alejandro Tello Cristerna en el momento menos oportuno, durante el último trimestre de su mandato. El envío de una reforma a la Ley Issstezac, no bastará para solucionar en el corto o mediano plazo la situación financiera de este instituto.
La anterior estrategia reformista le generó al mandatario estatal una fuerte fricción con el equipo político del gobernador en turno, David Monreal Ávila, en donde tampoco se observa una estrategia ya no para solucionar, sino para contener esta preocupante crisis pensionaria.
Monreal Ávila tendrá que imponer una cirugía mayor en el Instituto, tanto en recursos patrimoniales como en los humanos, y no solamente quedarse en el discurso de la corrupción y el saqueo en la institución. Primero sanear y después fincar responsabilidades.
Finalmente el tema de la violencia y la inseguridad en el estado constituyen un compromiso que el gobernador Tello no pudo solucionar, sino todo lo contrario. En cinco años lo rebasó y se le fue de las manos.
La soledad del adiós envuelve el término del quinquenio tellista, lo que debilita preocupantemente su salida.
La fragilidad política se ve reflejada en la rebelión de los burócratas y en la pérdida electoral del estado.
¿Este es el final, final, o hay algo más?
Al tiempo.