Por Juan Gómez
Director general de Pórtico Mx
El fin de una etapa política está por terminar en Zacatecas, lo que ahondará la orfandad en el priismo de viejo cuño que, además de la edad de sus antiguos cuadros, hoy se encuentran sin un líder que los aglutine, reagrupe y estimule para preparar la estrategia en el 2024.
El PRI local cedió la gubernatura al morenismo-monrealismo en la pasada elección y lo peor, es que la dirigencia estatal quedó bajo el control de Enrique Flores Mendoza, quien perdió la elección estatal.
El actual dirigente se mantiene con el apoyo del principal factor político del priismo zacatecano, el ex gobernador Miguel Alonso Reyes, quien traicionado por el presidente del CEN del PRI, Alejandro Moreno, quedó fuera de una diputación plurinominal en la 65 legislatura.
Desempleado político y asediado por las senadoras, Geovanna Bañuelos (PT) y Soledad Luévano (Morena), que presionan a las fiscalías de justicia, tanto la estatal como la federal, para que abran proceso jurídico en su contra, Miguel Alonso deja vacíos de operación política que están siendo llenados por la senadora priista Claudia Anaya Mota.
En Acción Nacional y en el PRD la situación es muy similar en cuanto a la ausencia de un liderazgo fuerte, ya que en ambos partidos políticos, el control se ha diseminado en las regiones en las que sus militantes obtuvieron triunfos electorales en la pasada contienda comicial.
Pero si esta es la realidad que hoy caracteriza a la oposición política zacatecana, el escenario en la dirigencia estatal de Morena no es nada halagadora, pese a que ganó la elección estatal.
En los próximos meses el morenismo-monrealista tendrá que definir la presidencia de la coordinación parlamentaria de su partido en la 64 legislatura local, en donde hay visos de una fragmentación entre sus diputados.
Por otro lado está en puerta la renovación de la dirigencia estatal a cargo de Fernando Arteaga, a quien se marginó de la representación ante el Instituto Estatal Electoral, para consolidar los cambios en las candidaturas de la alianza electoral de Morena con el PT, Verde y Nueva Alianza -sobre todo el cambio de prelación de la candidatura de Ulises Mejía Haro por la presidencia municipal de Zacatecas-.
El cambio de la dirigencia estatal será el primer reto que tendrá que enfrentar el hoy gobernador electo, David Monreal Ávila, lo que no será nada fácil desplazar del control del comité a los históricos morenistas que fueron marginados de la contienda electoral.
Después del 12 de septiembre David Monreal tendrá que coordinar de inmediato la integración del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos 2022, que en los hechos, definirá el primer año de su ejercicio gubernamental.
El gobernador electo ha dado a conocer que iniciará un período de cien días con un plan de reactivación carretero y de obras de infraestructura, pero lo que en realidad marcará la ruta de arranque, es la definición del paquete presupuestal del próximo año.
Seguramente durante su toma de protesta como gobernador constitucional, Monreal Ávila, dará a conocer los lineamientos de su próxima administración y el equipo que lo acompañará al inicio de su sexenio.
Se especula que emprendería una reestructuración en la administración pública estatal, lo que se traduciría en el cambio de nombre de algunas dependencias, la fusión de otras y la desaparición de algunas áreas, por lo que probablemente el mandatario electo enviaría una iniciativa de reformas al congreso.
Una etapa político administrativa está terminando en Zacatecas con una debilidad institucional preocupante. Un botón de muestra: el día que el gobernador Alejandro Tello dictaba su Quinto y último informe desde Palacio de Gobierno (con unos cuantos invitados) se despedía a los cuerpos de tres policías estatales abatidos en una emboscada en Valparaíso.
Las arcas estatales se encuentran sin liquidez, sin efectivo para poder hacer frente a los compromisos pendientes con jubilados y con algunos sindicatos magisteriales, por lo que David Monreal tendrá que recurrir al apoyo de la federación para que le transfieran recursos extraordinarios para cerrar el año. Ahí también se reflejará el apoyo presidencial al zacatecano.
Ya veremos como enfrenta este episodio tan retador el gobernador electo, tanto en lo administrativo, político; parlamentario, de seguridad y finanzas.
¿Qué otros cambios están por venir?
Al tiempo.