Por Juan Gómez
La violencia en Zacatecas está desbordada y las evidencias desnudan la incapacidad gubernamental para frenarla: Fresnillo ocupa el primer lugar nacional con mayor percepción ciudadana de inseguridad, mientras la capital se ubica en el tercero.
En los últimos 5 años, en el estado se ha registrado un crecimiento de la violencia hasta en 272% y en ese lapso, rebasa la tasa nacional de homicidios por cada 100 mil habitantes.
Lo que nunca se imaginó sucedería en Zacatecas, está pasando: masacres, niños sicarios, aumento de feminicidios, incremento de secuestros, cobro de piso a empresarios; viviendas incendiadas y rafagueadas; víctimas colgadas de puentes y árboles; proliferación de fosas clandestinas, asesinatos de policías, camionetas abandonadas con 10 cadáveres en la plaza de armas del Centro Histórico y un largo etcétera de terror.
¿Por qué tanto crimen, tanta violencia y asesinatos en Zacatecas?
Los zacatecanos son víctimas, pero también espectadores de una lucha entre cárteles que parece no tener fin, pero tampoco solución. Los gobernados observan también la incapacidad de los gobernantes para contener la violencia, que cada día crece y crece de manera salvaje, corroyendo y debilitando la autoridad institucional.
Existen dos razones que podrían ser parte de la explicación:
La debilidad institucional en el estado y la posición geográfica de la entidad federativa.
Como se recordará, el cartel de los Zetas sembró el terror durante la administración gubernamental de la entonces perredista Amalia García Medina (2004-2010) e hizo gala de su poder y de su capacidad de fuerza, al liberar en una acción concertada a 53 reos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Cieneguillas, Zacatecas, sin hacer un solo disparo, aquella noche del 16 de mayo del 2009.
Los Zetas construyeron un escenario de terror en Zacatecas e inscribieron una leyenda en la historia de la violencia en el estado, pero más allá de estas acciones simbólicas, mostraron la debilidad del gobierno estatal en turno para enfrentarlos.
A partir de entonces el estado se sumergió en un ámbito de violencia que ha ido creciendo progresivamente, al transitar por encima de los gobiernos de Ernesto Zedillo (PRI), Vicente Fox (PAN), Felipe Calderón (PAN), Enrique Peña Nieto (PRI) y el actual, Andrés Manuel López Obrador (Morena).
A nivel local los gobiernos de Amalia García (PRD), Miguel Alonso (PRI), Alejandro Tello (PRI) y David Monreal Ávila (Morena), han sido incapaces de garantizarle a los zacatecanos la seguridad que vivieron hasta los años 80’s, cuando podían dejar sus casas con el portón abierto en la temporada de calor y caminar las calles, sin que nadie les molestara, disfrutando el paseo a la luz de la luna, bajo la iluminación de las estrellas y de las farolas de luz cálida.
Los datos duros nos evidencian el claro crecimiento de la delincuencia en el estado, a la que no se le dio la importancia debida, ni los gobiernos estatales y muchos menos los federales:
La tasa de homicidios fue muy alta en 1998 cuando registró 22.16 por cada 100 mil habitantes, en tanto que en 2006 era de 3.45, durante el segundo año de la perredista García Medina.
Sin embargo es en ese momento cuando empieza un aumento gradual cada año al repuntar en el año 2012 a una tasa de 12.69, aunque para el 2013 se refleja una reducción en esas cifras, al registrarse una tasa de 10.77 homicidios por cada 100 mil habitantes.
El gobernador Miguel Alonso Reyes (2010-2015) fue el mandatario que más ha invertido en materia de seguridad en Zacatecas (casi $6,000 millones de pesos) pero fracasó su estrategia:
De enero a noviembre de 2014 se contabilizaron en Zacatecas 116 asesinatos, en tanto que en el mismo período de 2015 se registraron 286 muertes violentas, lo que se traduce en 170 asesinatos más en el mismo período del año anterior.
En el último tercio de la administración Alonsista los índices de violencia se dispararon, sobre todo por la disputa de los cárteles de los Zetas y del Golfo por la plaza, pero de acuerdo al análisis de expertos, fue el momento de la incursión en las zonas serranas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que instaló algunos laboratorios de drogas sintéticas y la toma del control de la zona sur del estado que conecta con Jalisco y Nayarit.
El gobernador Alejandro Tello Cristerna no invirtió en materia de seguridad y tampoco metió las manos para combatirlo. durante su periodo la violencia creció de manera exponencial:
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Zacatecas se registraron 286 homicidios durante 2015; en 2016 llegó a 552; en 2017, a 675 asesinatos, en 2018, se contabilizaron 686 y en 2019, 634.
En el año 2020 se rompieron todos los récords al generarse 1, 065 homicidios dolosos y fue el momento en el que el estado empezó a registrar las masacres.
El año pasado (2021) la Fiscalía General de Justicia del estado de Zacatecas registró 1, 741 víctimas en todo el estado, de las cuales 1,570 son hombres y 171 mujeres.
En lo que va del presente mes con corte al 09 de enero, se han registrado 52 víctimas de homicidio doloso en toda la entidad. (40 hombres y 15 mujeres).
Los gobiernos priistas fracasaron en la lucha contra el crimen organizado, pero el actual de David Monreal Ávila, ni siquiera ha metido las manos para contener el avance frenético y salvaje de la violencia.
Monreal Ávila cambió de secretario de Seguridad Pública en dos meses. Sustituyó a Arturo López Bazán por el general en retiro Adolfo Marín Marín, quien se ha ocultado ante el crecimiento de la violencia en el estado.
Zacatecas está solo y el gobernador en el desamparo político presidencial e institucional. El Plan de Paz Zacatecas II no ha funcionado y en el ámbito nacional trasciende el análisis y las versiones de la constitución de un “Narco Estado” en tierra zacatecana.
Al tiempo.
@juangomezac