Alemania, la primera potencia económica de Europa, decidió ayer poner en manos de la canciller Angela Merkel durante los próximos cuatro años el futuro del país y también el de la Unión Europea, al otorgar el triunfo a la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que ella preside desde hace 13 años, un resultado que no admite dudas sobre el liderazgo que ejerció en los últimos cuatro años.
Con 41.5 por ciento de los votos, el partido de Merkel, junto a su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), estuvo a punto de alcanzar una mayoría absoluta en el Parlamento federal, una hazaña que soló logro Konrad Adenauer en 1957.
El impresionante triunfo de Merkel, que echó por tierra todos los pronósticos publicados en el país durante los últimos días, también confirmó una tendencia que puede llevar estabilidad al país y al resto de continente. Los electores le quitaron el apoyo al Partido Liberal, que no logró superar la barrera de 5% para estar representado en el Bundestag, una decisión que obligará a Merkel a buscar una alianza política con el Partido Socialdemócrata (SPD), que ayer obtuvo un pobre 26 por ciento de los votos.
La perspectiva de que Alemania vuelva a ser liderada por un gobierno de gran coalición es bien recibida por casi 60 por ciento de los alemanes y también puede ser bien acogida por los socios comunitarios de Alemania, que tienen esperanzas de que la nueva alianza aplique correcciones positivas a la dura política de ahorro fiscal impuesta por Merkel a sus socios europeos.
El primer líder europeo en enviar un telegrama de felicitación a la canciller fue, curiosamente, su principal rival en Europa, el presidente de Francia, François Hollande, quien no había ocultado sus simpatías por un triunfo del candidato socialdemócrata.
Pero, nobleza obliga: Hollande admitió ayer la supremacía de Merkel, la felicitó por el “éxito” obtenido en las elecciones y le cursó una invitación para visitar París “a la brevedad posible”, una clara indicación de la ansiedad con la que los socios europeos de Alemania esperaban el resultado de los comicios.
“Ambos han expresado su voluntad de continuar trabajando incansablemente para acercar Francia y Alemania y proseguir su colaboración estrecha para afrontar los nuevos desafíos de la construcción europea”, señaló el Palacio del Eliseo en un comunicado.
El segundo telegrama de felicitaciones que recibió Merkel en la noche de ayer estaba firmado por Herman von Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, quien tuvo el coraje de expresar un deseo compartido por varios países europeos.
“Estoy seguro de que Alemania y su nuevo gobierno mantendrá su compromiso y su contribución a la construcción de una Europa próspera y pacífica al servicio de todos los ciudadanos” escribió.
Angela Merkel, en la hora más feliz de su impresionante carrera política, fue recibida en la moderna sede de su partido con una aclamación. Al grito de “Angie, Angie”, el público, que había logrado obtener una invitación para la fiesta electoral, la recibió como a una estrella de Hollywood, pero Merkel no se dejó impresionar por el apoteósico recibimiento y apostó por un breve discurso, reposado y contenido.
“Gracias a todos, es una noche maravillosa y creo que hoy podemos alegrarnos”, dijo Merkel. “Es una gran muestra de confianza de los electores que no podemos defraudar, pero es demasiado pronto para decir lo que haremos”.