Las facciones en guerra en Sudán del Sur aceptaron acudir a una conferencia de paz en Etiopía, informó el enviado especial de Estados Unidos en ese país.
El compromiso de ambas partes es “un primer paso, pero importante para el cese de las hostilidades” y el inicio de las negociaciones para resolver la crisis en el país más joven del mundo, dijo Donald Booth a The Associated Press el martes.
Dentro del bloque regional conocido como IGAD, Etiopía ha jugado un papel central para lograr que el presidente Salva Kiir y su rival político, el ex presidente Riek Machar, accedan a negociar para acabar con los enfrentamientos que han causado más de mil muertes.
Por la mañana del martes fuertes combates estallaron en Bor, la disputada capital del estado de Jonglei cuando rebeldes trataron de arrebatar el control de la ciudad de manos de tropas del gobierno, dijo un funcionario militar.
Tropas del gobierno se enfrentaron con combatientes leales al ex vicepresidente Riek Machar además de una milicia pro Machar conocida como el “Ejército Blanco”, dijo el portavoz de las fuerzas armadas, coronel Philip Aguer.
El gobierno de Sudán del Sur había advertido de una inminente batalla por Bor, que un comandante renegado leal a Machar capturó brevemente antes de ser repelido por tropas gubernamentales. Ese comandante, Peter Gadet, movilizó al “Ejército Blanco” en un esfuerzo para recuperar la ciudad, de acuerdo con Aguer.
Sudán del Sur ha sido sacudido por la violencia desde el 15 de diciembre, cuando un enfrentamiento entre guardias presidenciales se extendió por el país.
Aunque Yuba ha recuperado la calma, la violencia persiste en otras partes del país del este de Ãfrica. Fuerzas rebeldes aún controlan Bentiu, la capital del estado de Unidad, rico en petróleo.
Líderes regionales fijaron la semana pasada el martes como la fecha tope para que el presidente Salva Kiir y Machar comenzaran conversaciones de paz.
El lunes el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, dijo que los países vecinos se unirían para “derrotar” a Machar si no detiene la rebelión. Museveni dijo que los líderes regionales tendrán que “ir por Machar” si éste rechaza conversaciones de paz, en una aparente amenaza militar que elevó el peligro de un conflicto regional más amplio.
Machar ha pedido un cese el fuego negociado y quiere la libertad de sus aliados políticos antes de iniciar conversaciones.
Aunque Kiir insiste en que la violencia fue desatada por un intento de golpe lanzado por soldados leales a Machar, el 15 de diciembre, esa versión ha sido disputada por algunos funcionarios del parrido gobernante, que dijeron que todo comenzó cuando guardias presidenciales de la tribu mayoritaria dinka, a la que pertenece Kiir, trataron de desarmar a guardias del grupo étnico nuer, al que pertenece Machar.
Sudan del Sur se ha visto plagado por tensiones étnicas y una lucha por el poder dentro del partido gobernante que parece haber escalado desde que Kiir destituyó a Machar como vicepresidente este año. Machar ha criticado a Kiir, llamándole dictador, y dice que disputará la elección del 2015.
Los combates han causado más de mil muertos y desplazado a unas 180 mil personas, de acuerdo con la ONU.