El jefe del Ejército de Tailandia, Prayuth Chan-ocha, descartó hoy una intervención militar e instó al Gobierno y a los manifestantes antigubernamentales a dialogar y buscar una salida.
Según el diario local “Bangkok Post”, el general Prayut expresó en un comunicado leído por televisión su mayor deseo de que “el problema se resuelva por medios pacíficos y que no siga el conflicto. Hay que ver con urgencia que ambas partes dialogan”.
“Si recurrimos a los medios equivocados o al pleno uso de la fuerza militar, ¿cómo podremos garantizar que la situación acabará en paz?. El Ejército no teme cumplir con su deber, pero le preocupa la pérdida de más vidas y que haya heridos”, indicó Prayuth.
En esta ocasión, y a diferencia de las declaraciones que hizo en enero, el jefe del Ejército no dejó ninguna puerta abierta a un golpe militar como el que sucedió en 2006 contra Thaksin Shinawatra, hermano mayor de la actual primera ministra, Yingluck.
La aparición del general Prayuth por televisión surge después de que muriesen cuatro personas, incluidos tres menores, en los ataques contra campamentos antigubernamentales sucedidos durante el fin de semana.
Una niña de 5 años falleció y 35 personas fueron heridas la noche del sábado en un campamento antigubernamental en la provincia de Trat, a unos 300 kilómetros al este de Bangkok, por el ataque de un grupo no identificado con armas y explosivos.
Al día siguiente, dos hermanos y una mujer perdieron la vida y 22 personas resultaron heridas por los explosivos lanzados contra una concentración de manifestantes en el área comercial de Bangkok.
El Gobierno de Yingluck y los líderes de los manifestantes han condenado el aumento de la violencia, así como la ONU.
Al menos 22 personas han muerto y más de 750 han resultado heridas en Tailandia desde que finales de noviembre, cuando los manifestantes empezaron a ocupar ministerios.
El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, viceprimer ministro del Partido Demócrata entre 2008 y 2011, ha dicho que solo disolverá la movilización si se crea un consejo popular no electo que reforme el sistema político para acabar con la corrupción.
Suthep boicoteó las elecciones parlamentarias anticipadas que organizó el Gobierno el 2 de febrero pasado para buscar una salida a las protestas y cuyo resultado está pendiente de la repetición de la votación en varias circunscripciones, lo que está previsto que suceda en abril.
Yingluck ha buscado el diálogo y confía en que las urnas legitimen su posición, al tiempo que los “camisas rojas”, partidarios de Thaksin, han advertido que no tolerarán asonadas ni acciones antidemocráticas.
Tailandia arrastra una grave crisis desde el golpe que depuso a Thaksin y desde entonces sus seguidores y detractores salen a las calles para derribar el Gobierno de turno.
Thaksin vive en el extranjero desde 2008 para eludir una condena de dos años de cárcel por abuso de poder.