El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llegó este viernes a Yedá, en Arabia Saudita, para abordar la crisis en Irak y en Siria y la amenaza que plantean los insurgentes yihadistas para la región.
En su breve visita, Kerry se reunirá con el rey saudí Abdalá y con el jefe de la coalición de la oposición nacional siria, Ahmad al Jarba.
El jueves, la Casa Blanca anunció haber pedido al Congreso un presupuesto de 500 millones para “entrenar y equipar” a los opositores sirios moderados.
Esto supondría un aumento significativo de la implicación estadounidense en los tres años de guerra civil en Siria, un conflicto que cada vez está más conectado con la insurgencia sunita liderada por los yihadistas en el país vecino de Irak.
El rey Abdalá pide desde hace tiempo un mayor apoyo militar estadounidense a los rebeldes sirios, respaldados por el reino sunita.
Arabia Saudita ha sido también muy crítico con el primer ministro iraquí, el chiita Nuri al Maliki, al que acusa de excluir a la minoría sunita iraquí.
Maliki por su parte acusa a Riad y a su vecino Catar de respaldar el terrorismo.